
La labor de elaborar una compilación de lo más granado de un año es un ejercicio de funambulismo rememorativo y se compone de varias fases: la primera es de abrumadora responsabilidad, seguida de unos momentos de incertidumbre y desubicación. Una vez que uno comienza a escribir se empiezan a dibujar las líneas que unen puntos, a priori inconexos, y comienza el fluir de ideas. Posteriormente se realiza un ejercicio de introspección y autocrítica en el que se tiene que ser consciente de que la mayoría de lo deseado pertenece a un gusto que representa al autor y en el que él se encuentra retratado. Y ergo a esa circunstancia debemos reclinar nuestras espaldas para ganar perspectiva y sublimar nuestra personalidad al “bien mayor”, el “dibujo grande”. Suele acontecer luego la satisfacción que se perpetúa hasta que se lee la lista de otros colaboradores. En ese momento nos invade un sentimiento de gratitud de formar parte de un equipo que es capaz de rescatar los trabajos que no hemos referido por falta de espacio o memoria y por último la, a veces agridulce y vergonzante, de leer los comentarios en los que se reseñan trabajos que a todas luces hemos olvidado. Pero ya es demasiado tarde. Se encaja con la mejor deportividad, pensando que, a pesar de los olvidos, mucho de lo referido es desconocido o ha sido pasado por alto por nuestros lectores o merece un marco más notorio. Y esa pequeña aportación, que ocurre una vez al año, sirve para vaciar nuestros bolsillos y llenar nuestras estanterías (o al menos nuestras playlists) de nueva música. Y eso, amigos, siempre es vigorizante, aunque pase una vez al año.
Como primer asunto a tratar tenemos la vuelta de los conciertos en toda su magna expresión: salas repletas, bandas en gira nuevamente, un verano repleto de festivales, un Primavera Sound de 10 días, Mad Cool de 5 días además de BBK en toda su gloria. El nacimiento de una nueva ciudad de festivales como Málaga con el Mad Cool Sunset a pesar del fallido intento de traer a RATM y el evento del año dentro del indie Cala Mijas que ha nacido para quedarse además del Canela Party que tiene mucho y muy bueno. Muchos son los artistas que tenían conciertos en stand by que finalmente han podido realizar. Casi dos años después de su fecha inicial hemos visto a The Black Crowes y Red Hot Chili Peppers reunidos al fin, a sus satánicas majestades los Rolling Stones haciendo lo que saben hacer, Bonobo, Moderat , The Cure y Bon Iver llenando el Wizink Center, y a bandas como GA-20 y Madison Cunningham haciendo bolos para 40 personas en exiguas salas.
En el ámbito del hip hop tenemos al todopoderoso Kendrick Lamar con su nuevo trabajo «Mr. Morale» que trasciende el género y crea otro álbum conceptual que tiene vida propia a lo largo de su hora y 20 de duración. Little Simz con «NO THANK YOU» vuelve una vez más (y ya van 3) a meter un disco en lo mejor del año. Destacar también el trabajo de Vince Staples haciendo equilibrios entre el underground y las grandes ligas. Mención a Sunday Archives con un delicioso trabajo en los límites del R&B. El giro dance de Beyonce, la reafirmación de Coast contra los que esperamos trabajos a la altura de sus frestyles de Youtube y la vuelta de The Alchemist con Roc Marciano. En castellano, el magnífico disco de HOKE, elfo Fontanna y AYAX, (mención aparte merecen sus directos).
La vuelta de Pantera a los escenarios con Zakk Wylde y Charlie Benante ha sacudido el panorama en España. Los veremos en el Resurrection Fest junto a Slipknot y muchos más. En Estados Unidos se unen a la gira con Metallica que presentará su álbum en una gira mundial con un formato único haciendo set lists diferentes en días consecutivos. Los amantes de The Mars Volta tendremos una ocasión de disfrutar de ellos en el verano del 2023, pues durante este año se produjo la ansiada reunión que confirmaba la vuelta de la banda tras unos años como At the Drive-In. A nivel de trabajos editados en el ámbito más clásico encontramos nuevas obras de bandas ya clásicas como Machine Head y Slipknot, otras aún más clásicas como Megadeath y Blind Guardian y un resurgir del nuevo black más cercano al Djent y con una producción más pulida (no por ello accesible al oído).
Cabe destacar el disco de Chat Pile “God’s Country” con un sonido demente, muy Swans, el disco de Cult of Luna y White Ward desde Ucrania con su estilo postblack metal (no apto para todos los públicos). Por otra parte, Messugah editó su nuevo álbum “Immutable”, y otras bandas como Korn y Slipknot, exponentes del sonido late 90, editaron trabajos que, si no les rebajaron su status, tampoco les aportaron grandes novedades a nivel de sonido y composiciones.
En la vía más noise tenemos el trabajo de Thornhill (en la línea White Pony) y el giro melódico de The Devil Wears Prada, discazo.
Marcus King editó su trabajo de 2022 con Dan Auberbach a la producción, realizando un álbum fácil de oír en el que el bluesman está contenido en cuanto a la exuberancia de su virtuosismo. La personal voz de Early James, el sutil y elegante trabajo de Big Thief, Angel Olsen o Wilco además del destacado álbum de Ethel Cain o de Madisson Cunningham. Este compendio de bandas y artistas merecen especial mención, ya que, si no forman una categoría en sí misma, su orientación a la canción, su base analógico y su rango auditivo los engloba. Ah! Y no nos olvidemos de The Delines.
En el rango de los inclasificables es de relucir King Gizzard and The Lizard Wizard con 6 trabajos en este año del que destacamos “Omnium Gathering”, el disco de Black Midi que explora las fronteras de su particular galaxia, The Smile, la unión de Thom Yorke, Greemwood y Skinner (Sons of Kemet), el muy convencional (para ellos) disco de The Mars Volta, la publicación de Once Twice Melody de mis queridos Beach House y la vuelta del vanguardista STROMAE y el trabajo de FKA Twigs (aunque lo consideramos un disco de transición o los estertores de sus trabajos anteriores).
En el ámbito de los sonidos más electrónicos incluiría a Bonobo con un trabajo más accesible y limpio, Ibibio sound Machine con sus sonidos afrobeat o el trabajo de Fred Again y Royskopp. No me atrevo a aventurarme más por mi respeto y desconocimiento a partes iguales, pero no quería dejarlo pasar por alto.
En la composición contemporánea una mención a Ryuichi Sakamoto, en el ocaso de su carrera creativa, tristemente en paliativos aun en edición de trabajos como «Exception» y a Angelo Badalamenti, mano derecha de David Lynch durante toda su trayectoria.
En el año en que los sonidos urban y latino ya son los más oídos del planeta por delante del hip hop y la música pop del eje UK/USA, no mencionarla sería un error de bulto. La confirmación de Bad Bunny como icono generacional rompiendo marcas impensables, el retorno de Rosalía con “Motomami”, Eladio Carrión, Arcángel, o los argentinos Wos o Trueno además de la vuelta de DUKI a su lado más duro y urbano. Por no hablar de toda las escena trap, drill y hip hop, aunque generalmente encontramos sus ediciones más en formato single que en álbumes en otra estela el nuevo trabajo de Cupido “Sobredosis de amor”.
Obviamente el campo del indie estará más que comentado en nuestras referencias. Sería de mal gusto incluirlo para no repetir, ni entrar en terreno de nuestros colaboradores que con tan buen criterio realizaron su trabajo. Así que, sin más, como es menester cada año, pasamos a mostrar la lista de los que consideramos los mejores trabajos de este 2022:
The Mars Volta – «The Mars Volta»

El más accesible de sus trabajos. Con un esquema de canciones de patrón y metraje razonable este es su trabajo más pop. Sigue como referencia su amor por los ritmos de base latina y por Santana, entre otros. Un acercamiento a un público menos sectorizado. Aun así, estoy seguro de que sus directos seguirán siendo ese engranaje de sudor y ruido llevado a la catarsis que siempre ha caracterizado a Omar y Cedric. Les veremos el viernes en el Primavera Sound.
Monophonics & Kelly Finnigan – «Sage Motel»

Este es sin duda el disco más personal de la lista y el más privado. Pero he de compartir esta delicia soul tan anacrónica y perfecta. Un disfrute para los oídos y el alma. En la estela del mejor neo soul o psicopop, con aires a Charles Winston y Kiwanuka. Muy recomendable.
S. Carey – «Hundred Acres»

Sean Carey ya ha demostrado con creces su talento más allá de Bon Iver. Su música es un elogio de la lentitud y eso es precisamente lo que refleja en su último álbum. Un álbum que invita a la vida sencilla, a la calma y el sosiego fruto de su universo introspectivo.
Martin Courtney – «Magic Sign»

Segundo trabajo en solitario del vocalista de Real Estate y otra apuesta ganadora. Courtney rescata sus recuerdos de adolescencia en los suburbios de su New Jersey natal en un álbum de psicodelia pop y nostalgia placentera para días de lluvia otoñales.
Nacho Para – «No parking tickets in the clouds»

Este trabajo bien podría formar parte de la discografía del señor Dylan. Pero lo ha hecho un periodista murciano de profesión, reconvertido en cantautor folk, de nombre Nacho Para. De gusto exquisito, con perfecto acento y el suficiente bagaje musical y cultural para componer un auténtica pieza de country americana. Un disco que, posiblemente, no encontrarás en ninguna otra lista. Una verdadera maravilla.
Jack Johnson – «Meet The Moonlight»

Octavo trabajo del hawaiano y uno de los más sobresalientes de su impecable trayectoria. Lo nuevo de Jack Johnson no es más que un vivo reflejo de su forma de vida y sus costumbres en su North Shore natal. Un llamamiento sociopolítico al destino irreversible del planeta. Una invitación a la empatía de una sociedad dominada por las redes sociales que se resiste al cambio. La banda sonora de aquel adolescente al que un accidente surfeando cambió el rumbo de su vida para sentar los cimientos de uno de los músicos con más talento de las últimas décadas. De sonrisa cautivadora, alma libre y mente abierta. Un tipo cuyas canciones de guitarra en la playa han llegado a todos los rincones del planeta contagiándolos de buen rollo, paz y amor.
Miya Folick – «2007»

«2007» es una colección de canciones viscerales donde la compositora californiana canaliza sus emociones más cotidianas a través de su deslumbrante falsete y de composiciones que revelan sentimientos de miedo, anhelo, soledad y esperanza, pero también de alegría. Una montaña rusa emocional que ha servido de catarsis a una Miya Folick en estado de gracia desde su magnífico debut «Premonitions» (2008), donde manifiesta la capacidad de encontrar la alegría incluso en un proceso de lucha, melancolía o crisis existencial. Y esto es, como ella misma reconoce, gran parte de su personalidad. Escúchenlo y disfrútenlo.
Young Gun Silver Fox – «Ticket to Shangri-La»

Un brillante recopilatorio de canciones donde Andy Platts y Shawn Lee rescatan lo mejor del soul y el R&B de antaño haciéndolo suyo con un registro propio. Canciones como «Rolling Back», «West Side Jet» o «Simple Imagination» destilan elegancia y sofisticación como ya escuchamos en el maravilloso predecesor «Canyons» (2020). Los británicos juegan en otra liga, no necesitan presentación porque su talento se plasma en cada composición, cada arreglo, cada armonía y cada disco en el que nos deleitan con un sonido que se desmarca del mainstream. Y eso, hoy en día, ya es todo un mérito.
King Gizzard and The Lizard Wizard – «Omnium Gatherum»

Elegir uno de entre los 6 discos que han publicado este año (si 6), es toda una osadía. Sin embargo, me quedo con este, que además saca los sonidos más atropellados y garajeros del conjunto. Un placer verlos ejecutarlo en directo.
Beach House – «Once Twice Melody»

Que nos sigan dando grandes canciones dentro del dream pop que facturan y al que nos tiene habituados es harto meritorio. Siempre son buenas noticias cuando hay publicaciones de este dúo.
Alvvays – «Blue Rev»

Los de Molly Ranking han vuelto. Lejos queda aquel Archie Marry Me del que tanto hablamos aquí en LongBrit allá por 2014. Mucho ha llovido y sin embargo la fórmula de la Coca-Cola sigue siendo infalible. Pop agitado repleto de falsetes y amagos de shoegazing con canciones que se pegan rápido como «Afted The Earthquake». También hay momentos para demostrar que han ganado madurez como «Many Mirrors», donde baja el tempo del partido. El indie-pop dicen que ha dejado de estar de moda. También decían que Messi estaba acabado y ya ven…
The Smile – «A Light for Attracting Attention»

Por único, reseñable, por ser quiénes son, por verlos de gira y por atreverse a este proyecto tan singular y a la vez tan reconocible dentro de su trayectoria, humildad y creatividad a partes iguales.
Nilüfer Yanya – «Painless»

Segundo álbum para esta artista urbana londinense, lanzado en el pasado mes de marzo por el sello independiente de ATO Records. Voz cálida, penetrante y perturbadora, capaz de arrastrarte vertiginosamente por su maravillosa «stabilise» (recordando a lo mejor de Block Party) o producir un desasosiego continuo en piezas como «The Dealer» y otras tantas, que en algún momento, recuerdan a grupos de pop pegajoso y ruido sucio como Garbage. El álbum más noventero de este 2022.
Fontaines DC – «Skinty Fia«

De muy inglesas maneras se cuelan en lo más destacable del año haciendo mucho, con las herramientas de siempre y su inagotable punch post punk. Muchas canciones para mover los pies y beber cerveza.
Hurray For The Riff Raff – «Life on Earth»

Va por su octavo álbum y nosotros casi ni nos habíamos enterado. Puede que sea por lo heterogénea y dispar de su música y sus trabajos, desde la americana hasta el pop abstracto de este último LP donde ha sorprendido a propios y extraños.
Alynda Segarra, feminista y comprometida, ha trabajado para este Life On Earth con el productor Brad Cook (reconocido en trabajos para Waxahatchee o Bon Iver), en donde su hasta ahora piel de cantante más o menos folk se ha transformado en lo que a ella le gusta llamar «nature punk». Una manera acertada de definir el sonido de este álbum, que versa entre la tradición de canción protesta y la energía y magnetismo de una producción más ligera, ágil y accesible. Un disco tan interesante en su instrumentación como lo es, más aun si cabe, en sus textos: «Transform yourself to transform the world!». Te gustará si estás en la línea de artistas como Fiona Apple, Sharon Van Etten,… «Pierced Arrrows» o «Precious Cargo», dos buenas entradas para empezar a meterle mano a un álbum SENSACIONAL.
Little Smiz – «NO THANK YOU»

3 discos, 3 entradas en lo mejor del año. Si eso no es algo a tener en cuenta, no sería capaz de obtener una señal más inequívoca. En su disco más producido con temazos como «X» o «Silhouette», encontramos una sensibilidad melódica que alterna con sus elaboradas letras y su hipnótico flow.
Alex G – «God Save The Animals»

Con tan solo 29 años, parece que lleva toda una vida. Y es que desde que bicheaba con su mySpace, nunca hemos dejado de tener noticias de este prolífico artista. Sin embargo es ahora, tras un LP de minucioso trabajo en el estudio, cuando ha realizado por fin su obra más completa y mejor alineada. Sigue arriesgando y prueba de ello son la cantidad de efectos vocales y distorsiones de este álbum. Piruetas que no son baladí, pues siguen dentro del corsé melódico de estupendas canciones como «Runner». El de Philadelphia firma un largo de 13 cortes, con una intensidad vital y existencialista gratamente notable y en dónde su afán experimental alcanza su medida perfecta para dibujar uno de los trabajos más sobresalientes de este 2022.
Big Thief – «Dragon New Warm Mountain I Believe in You«

La sensibilidad no es más que una muestra de nuestra inteligencia. Y de esto, Big Thief, van sobrados. No han sido pocas las veces que hemos alabado el trabajo de los neoyorkinos y su nuevo disco también es de lo mejorcito que se ha publicado en este 2022. Otra delicia folk para los oídos. Un disco que define la inmensidad de una banda que siguen dándonos alegrías y haciéndonos disfrutar de buena música, sin estridencias. Folk-rock americano con identidad propia, de belleza a raudales en cada composición, en cada melodía, y una magia especial. 20 canciones para saborear, sin prisa, sin pausa. Qué pedazo de banda, señores. No nos cansaremos de repetirlo.
Mitski – «Laurel Hell»

Esta americana de origen japonés nos visita por segunda ocasión en nuestro listado de lo mejor del año, esta vez en lo más alto. Como en su anterior LP de 2019 su pop sigue siendo efectivo, intenso, emotivo y con estribillos pegadizos y muy bailables. Un ejercicio de una dificultad poco aparente pero al alcance de muy pocas producciones en los últimos años.
Este «Laurel Hell» presenta arreglos electrónicos y sintetizadores de corte ochentero que se contonea entre el indie y el mainstream más popero, amable y aseado. Singles como «The Only Heartbreaker» y «Love Me More», dos de los momentos cumbre de este excepcional trabajo.
Kendrick Lamar – «Mr. Morale & The Big Steppers«

Que cada obra de Kendrick Lamar sea mas relevante que la anterior, más necesaria, menos accesible pero más aclamada, no hace más que ensalzar al de Compton al estatus de leyenda viva. Cuánta magia quedará en su chistera…
By JRGE, The Doctor y LU