Con la resaca y el cansancio de un FIB 09 que nos dejó mucha fiesta y desenfreno pero pocas alegrías y novedades en el panorama musical, llegábamos en Long Brit, tan sólo una semana después, a Donosti. El Heineken Jazzaldia, ya en su 44 edición (se dice pronto), se presentaba con un fenomenal cartel. En ésta edición, la organización optó por seguir abriendo un poco más el abanico de géneros musicales; los puristas se rasgaban las vestiduras pero los plebeyos y gente de a pie como nosotros, aplaudíamos un año más dicha iniciativa. Así pues, surgió un cartel con lo mejor del género Jazz de siempre y de ahora, entre otros: Roy Haynes (que recibió el Premio Donostiako Jazzaldia, la máxima distinción que concede el Festival, un hombre que llegó a actuar con figuras como John Coltraine o Miles Davis) y Jamie Cullum (que cerró el festival con un concierto apoteósico a todas luces desde el emblemático escenario de la Plaza de la Trinidad en el Barrio Viejo de San Sebastián.
Pero el espectáculo no sólo se ceñía a los dos grandes escenarios previstos, La Plaza de la Trinidad y el Kursaal, también en sus clubs había un ambientazo inigualable. A destacar, el Club Altxerri, donde pudimos ver entre otros, a un genio Hawaiano tocar el ukelele como los ángeles. Hablamos de Jake Shimabukuro, un joven que nos hizo vibrar con un espectáculo íntimo y enérgico, un genio que ya ha colaborado con artistas de la talla de Béla Fleck o Cyndi Lauper. En su repertorio de aquella noche nos hechizó con una increible cover del In My Life de los Beatles.
Por otro lado, estaba la propuesta más dirigida al público veinteañero. Se trataba de la
carpa Heineken, el escenario Frigo y sobre todo, el Escenario Verde en la playa surfera y divertida de la Zurriola, junto al Kursaal.

Cómo os imaginaríais que fue un festival de música donde la gente vive la música sentada y agolpada en la playa, apenas a 30 metros de la orilla del mar…? pues sí, efectivamente, un festival GENIAL. Estar de madrugada en la playa con grupos de gente de todas partes, en su mayoría españoles, franceses y americanos, tiene un sabor especial. En éste escenario disfrutamos de actuaciones como Vetusta Morla, Russian Red, Facto de la Fé y Las Flores Azules, The War on Drugs o el conciertazo de soul-rock que levantó al público para hacerlo bailar de manera diabólica a cargo de Black Joe Lewis & The Honeybears.
Destacar también las actuaciones de los incombustibles Animal Collective, Brad Mehldau y los franceses de Calame y Calc, éstos últimos artistas pop altamente recomendables por el que humildemente traza éstas líneas. El mismo que se atreve a decir que cien veces elegiría la próxima edición del Heineken Jazzaldia antes que la manifestación Hooligan de Benicassim y su gripe «A» pululante por tierras castellonenses.
(By JRGE)