Neo Joshua, conocida artísticamente como Nao es una de las artistas que ha sabido sacarle provecho al año de la pandemia. Embarazada de su primer hijo, la cantante de Nottingham encontró en el confinamiento el momento para dar forma al que es su tercer álbum de estudio: «And Then Life Was Beautiful», un exquisito trabajo de 13 pistas escrito por ella misma en el que nos habla de esperanza y optimismo en tiempos tan inciertos.

Nao se aleja del sonido de sus anteriores trabajos como en «Saturn» (2018), que ella misma acuñó como «wonky funk», introduciendo ahora algunos sintetizadores pero manteniendo la esencia y la base del R&B de los 90. Multitud de sublimes capas sonoras y arreglos hacen que este trabajo brille con luz propia y se postule como uno de los mejores discos del año. Letras que hablan de realidad. De nuestra imperfección y nuestros errores como la única forma de aprender. Este es precisamente el mensaje que transmite en «Wait», la bellísima balada que eleva este trabajo a otra dimensión:

«We ain’t perfect, we ain’t perfect, wait
The only way to learn is through mistakes
Trying to run away is only human
But if we stay, then we might make it home»

Canciones como «Burn Out» o «Messy Love» destilan elegancia y emoción a raudales y dejan paso a la experimentación en temas como «Antidote», la magnífica colaboración con el artista nigeriano Adekunle Gold donde explora sonidos afroamericanos.

«And Then Life Was Beautiful» supone la evolución artística y personal de Nao. Un evolución que la consagra como una de las artistas más importantes de la escena del R&B contemporáneo. Un disco de gratitud. De valorar lo que realmente importa. De ser consciente de que después de una mala racha siempre salimos a flote. De contemplar y vivir la vida en toda su belleza.

Puntuación: 8,5/10

Temas imprescindibles: «Wait», «Antidote», «Burn Out».