Influenciados por el movimiento británico de los 70-80 abanderado por The Who, The Clash, o los Sex Pistols, Eskorbuto, liderada por Iosu Expósito, fue quizá la banda más influyente del punk en España. Bastante limitados musicalmente (lo que no exime la calidad intrínseca de su prolífico trabajo), sus letras captaban el centro de atención, mutilando cualquier indicio de esperanza. Oscilaban entre el morbo, la desgracia y provocaban un halo cautivador entre quienes acudían a sus conciertos. ¿Su lema? Repartían a diestro y siniestro y denunciaron como nadie el contexto social que estaba viviendo la sociedad vasca: la reconversión industrial que trajo consigo el cierre de numerosas fábricas, la generación ni-ni de los 80 frustrada por la complicadísima inserción laboral o la violencia política en el País Vasco liderada por la banda ETA: «tanto plomo malgastado en cuerpos innecesarios» (Es un crimen).
Su crítica contra el sistema no era tan descabellada como se creía porque hoy podemos dar fe de que muchas de sus profecías se han cumplido. Pero por entonces estaban mal vistos. Les detuvieron en numerosas ocasiones por enaltecimiento del terrorismo, cuando en realidad, nunca se mojaron con nadie y sus malinterpretadas letras trataban de justificar las erróneas decisiones del poder político. De ahí salieron algunos de sus mejores hits como «Mucha policía poca diversión». A Iosu, que algún día soñaba con ser jugador del Athletic, el éxito le duró poco. Las drogas pudieron con su talento y el sida se lo llevó por delante con tan solo 31 años. Era la dinámica de la época. Paro y heroína por doquier.
Junto a Eskorbuto surgieron otras formaciones coetáneas tan relevantes como RIP o Cicatriz. La primera fue fundada por los hermanos Bolinaga quienes fueron unos auténticos visionarios adelantados a su tiempo. Pese a que nunca se lo tomaron demasiado en serio, su disco «No te muevas» marcó un precedente. Reflejaba una forma de vida a través de canciones cortas y directas. La suerte tampoco les acompañó. Puede que ellos tampoco hiciesen mucho por buscarla. En febrero de 1997, Portu, el bajista, era encontrado muerto por su propio hermano. Años después sería Karlos «Mahoma» el vocalista, quien también sería encontrado muerto en su domicilio de Bilbao. Más recientemente, Jul, ex guitarrista, fallecía en mitad de un concierto. Todos ellos forman parte ya de la generación maldita del rock radical vasco.
Cicatriz es otra de las agrupaciones a tener muy en cuenta. El grupo ser formó en un centro de desintoxicación de Las Nieves (Vitoria). Comenzaron llamándose Cicatriz en la Matriz y estaba liderado por Natxo Extebarrieta y su novia Poti, ambos vocalistas. Muy provocadores en sus directos, comenzaron a ser muy conocidos en el País Vasco. Su gran aportación al punk rock fue el conocido como «Disco de los cuatro» con temas de referencia como «Escupe», «Cuidado burócratas» o «Enemigo público». También estuvieron tocados por la mala suerte pues sus cuatro miembros fallecieron a causa de sobredosis de heroína y sida.
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Evaristo Páramos. |
Dentro de esa etapa hay una figura clave que lideró aquello que, más que música, era un movimiento. Se trata de Evaristo Páramos, líder de La Polla Records y quizá uno de los mejores letristas de la escena. Carismático e irreverente hizo uso debido de ese sarcasmo innato tan típico de los gallegos. Y le fue bien. «La avaricia se folla a la libertad». Grande Evaristo.
Después de una vida plagada de excesos parece que ahora ha dejado las drogas e incluso ha escrito un libro «Cuatro estaciones hacia la locura», en donde cuenta parte de su biografía. Dicen de él que es muy modesto, aunque en una reciente entrevista publicada en el magazine Jot Down, afirmaba todo lo contrario: «Disimulo yendo de humilde, pero es mentira. Soy más chulito que la hostia».
Siempre ha creído que le gente debería tener más poder: «Hay que darle al ser humano otra dimensión. Tiene que haber algo más que esta puta mierda. Un ser humano tiene que ser algo más aparte de lo físico, tenemos cerebro.»
Puede que no sea un intelectual ni que haya estudiado en colegios de prestigio, pero Evaristo nos advirtió a tiempo de la que se nos venía encima: «De la manera que va el mundo es la más tonta, la más difícil y la más asesina. No tiene ni pies ni cabeza. Yo busco y busco, y luego soy tan tonto o tan listo que lo escribo, lo publico y lo vendo».
Paralelos a la movida, ellos estaban ahí, pero la veían como pop edulcorado y luces de colores. Muy flojos. Sin embargo, ellos rozaban el límite del nihilismo, la controversia sobre el escenario. Qué narices! Fueron un halo de realismo entre el bodrio pasteleo que abundaba en la escena.
Son todos los que están pero evidentemente no todos los que son. Tanto Eskorbuto como La Polla Records marcaron un antes y después y sirvieron de influencia directa a multitud de bandas que llegarían en los 90 como Koaotiko, Lendakaris Muertos, Piperrak, Segismundo Toxicómano o Gatillazo, el último proyecto hasta la fecha de Evaristo.
Los que amamos la música y en concreto el punk debemos agradecerles encarecidamente su inmensa aportación a un género tan grandilocuente como insurgente.
(Porque a veces es necesario echar la vista atrás para saber quiénes somos, de dónde venimos o hacia donde queremos ir…)
Muy buen artículo y muy interesante el enfoque con el que se ha planteado.
Saludos