Para los que hemos seguido de cerca su trayectoria, el anuncio de la despedida de la banda gallega Nadadora nos ha caído como un jarro de agua fría. Así lo anunciaban el pasado mes de diciembre, y el próximo 14 de febrero, su retirada de los escenarios será ya un hecho con un último concierto en el Teatro Lara de Madrid. Pero antes del adiós definitivo, hemos querido hablar con ellos, intercambiar impresiones acerca de más de siete imparables años de trabajo y de su memorable paso por algunos de los festivales más importantes del país. Esto es lo que nos ha contado Gonzalo Abalo (guitarra y voz).
(P): Cuando se han pisado las tablas de festivales como Benicassim, Sonorama o Contempopránea, entre muchos otros, tiene que haber razones de mucho peso para poner punto final a la trayectoria de una gran banda como la vuestra…

(R): La imposibilidad de hacer las cosas bien y dedicarle el tiempo que necesitan creo que ha sido fundamental. Para nosotros, la música es muy importante y si algo hemos aprendido en estos años es que debe mimarse y hacerse con cuidado y cariño. Y además, hay que saber dejar las cosas. Es difícil hacerlo cuando va bien, pero hay que saber hacerlo.
(P): ¿Cómo veis a día de hoy la escena musical en España? ¿Se puede vivir de la música?

(R): Yo creo que tiene muy buena salud. Nunca ha habido tantas propuestas, tan distintas y de tanta calidad. Vivir de la música es complicado, pero siempre lo ha sido. Quizás ahora un poco más, pero no más que en otros sectores. Es un problema más de tiempo (las carreras musicales suelen ser cortas y después hay que seguir viviendo) y de vocación. Supongo que hay otras muchas variables, pero conozco a mucha gente que vive de la música.

(P): Sois uno de los emblemas del indie gallego, al igual que grupos como Catpeople o Triángulo de Amor Bizarro que, sin embargo, habéis triunfado fuera de casa. ¿Cómo creéis que está acogiendo el público gallego la escena indie? ¿Es difícil aun hoy ser profeta en la tierra?


(R): Yo creo que el público en Galicia es muy activo. Hay bastante gente que acude a conciertos y hay un circuito de salas y festivales bastante estable. La crisis hace que todo se tambalee un poco más de lo que estamos acostumbrados, pero de momento tiene bastante salud, sino envidiable, bastante buena.

Y por otro lado, creo que nunca nadie es profeta en su tierra, pero nosotros no nos podemos quejar, nos sentimos muy arropados en Galicia.


(P): «Luz, Oscuridad, Luz»(2010) es sin duda vuestro álbum más maduro y gratificante a nivel profesional. En su día, ¿supuso un punto de inflexión o el principio del fin?

(R): Ambos. Nosotros sabíamos que quedaba poco recorrido en Nadadora, por eso queríamos hacer el mejor disco que estuviera en nuestras manos, en buenos estudios y con un buen productor. Era importante que si esto tuviera que acabar, acabase con un trabajo que nos permitiera salir con la cabeza bien alta. 
(P): Y después de Nadadora… ¿se está gestando algún proyecto en solitario del que ya podamos hablar?

(R): Alguna cosa hay. Yo estoy trabajando con mi hermano Dani (batería de Nadadora) en un proyecto que ya tiene tiempo. Si bien no habíamos tenido ocasión de grabar las canciones, espero que este año podamos publicar algo bajo el nombre Antenas hacia El Cielo.
(P): ¿Con qué os quedáis de todos estos años? ¿Qué habéis guardado en la maleta de esta experiencia que haya servido para decir que ha merecido la pena?

(R): Buff… muchísimas cosas! Ha sido increíble poder publicar canciones, tocar con algunos de los grupos que nos han hecho amar la música, conocer a un montón de gente y compartir momentos valiosísimos de nuestras vidas. Aunque suene a tópico, ha sido un sueño hecho realidad.
(P): Y ya por último, si tuvierais que quedaros con una banda o artista del pasado y otra/o del presente. ¿Cuáles serían?
(R): La Velvet Underground y Yo la Tengo.

Con cierta tristeza, y a modo de humilde homenaje, os deseamos muchísima suerte en vuestros futuros proyectos y citamos a todos vuestros fans el próximo 14 de febrero en el Teatro Lara de Madrid en el que, a todas luces, será un concierto inolvidable.