Con motivo de la publicación ayer de su último videoclip perteneciente al disco «El Fluido García«, aprovechamos para presentároslo, y ya de paso, contaros nuestras impresiones. Y es que el título de este segundo single nos viene de perlas para titular nuestro artículo, porque Sidonie con su nuevo trabajo se ha desmarcado completamente de sus anteriores álbumes.
Ya hace unos meses, cuando invitamos a Sidonie a pinchar en Boom! Indie Disco, Marc nos comentó lo que iba a ser su nuevo disco, y desde luego, la sesión que pinchó tanto en enero como en mayo fue por su parte una auténtica declaración de intenciones. Los cortes setenteros y en mayor medida, sesenteros, acudiendo una y otra vez a temas en los que la psicodelia era una constante, adornados con canciones al más puro estilo de la California que le tocó vivir a Jim Morrison, fue un reflejo del disco que hoy tenemos en nuestras manos, «El Fluído García«.
El séptimo disco de estudio (o sexto si no contamos como tal al Let It Flow de 2002) de los catalanes, siendo el cuarto en el que cantan y componen en castellano, está compuesto por once temas, siendo el primero de ellos, «El Bosque«, el primer single que editaron, y siendo también el segundo de los once, «A mil años luz«, también el segundo sencillo que lanzan. En nuestra opinión, no podían estar mejor elegidos, ya que «El Bosque» se ha destapado como un muy buen catalizador entre los trabajos anteriores de la banda y el que ahora nos ocupa. Es en «A mil años luz«, una vez dado el primer paso de la introducción a viejos sonidos ya olvidados en el desván, cuando Sidonie vuelve a jugar con efectos de producción básicos, pero que consiguen el efecto revival que han buscado. Y es que el David Bowie del Space Oddity nos encanta, y una canción con tantísimos guiños, instrumentales y no tan instrumentales, sólo podía gustarnos.
Es en el tercer tema, «Carnaval«, cuando la atmósfera experimental en la primera parte del disco llega a su clímax, y se convierte en la perfecta introducción para la canción que a nosotros nos parece una auténtica delicatessen, y con diferencia, la mejor disco: «Alma de Goma«. En nuestra opinión es dificil poder alcanzar una armonía tan excelsa entre melodía y letra cantando en castellano, y Sidonie lo ha conseguido, encumbrándose en un podio junto a Los Planetas de Super 8 (sí). En apenas 4 minutos totales, la canción cambia radicalmente de estructura tras dos minutos y medio escasos que nos recuerdan a las melodías pegadizas de los Del Shannon o Ricky Nelson, dando paso a 30 segundos maravillosos que sirven de aperitivo para digerir el último minuto, una concesión pura y dura a los tiempos en los que el ácido y Woodstock eran Trend Topic.
Que Negroni es una de las bebidas favoritas del cantante de Sidonie es un hecho (el estado de su whatsapp es Negroni, tal cual). El famoso cocktail hecho a partir de ginebra, Campari y Vermut Rojo es la excusa perfecta para componer una canción prácticamente instrumental, con el nombre del combinado. «El Aullido«, tema más melódico que nos recuerda a los Sidonie de «Costa Azul«, de «Los Olvidados» o de «Por Ti«, da pie a la canción más larga del disco, «Bajo un cielo azul (de papel celofán)», nada menos que 7:42 minutos, en los que de nuevo los arreglos más lisérgicos, junto con un ritmo más country se dan en la primera parte de la canción, hasta que sobre el 3:16, Marc, Jes y Alex se destapan como unos Fleet Foxes, y es que la instrumentación utilizada bajo las voces de Sidonie nos recuerdan muchísimo a los sonidos de otras bandas, como Grand Archives, o todas esas que tanto nos gustan provenientes de la zona de Seattle y Portland.
«Tormenta de verano«, tema con estribillos y letras muy pegadizos; «La Huida» puede que sea la canción que (instrumentalmente) pueda acercar a los Sidonie a sonidos más cercanos a Jefferson Airplane o The Ashes (incluso The Pretty Things), especialmente la última parte de la misma. «Perros«, penúltimo corte del álbum, es un muy buen tema, muy sencillo de disfrutar, sin pararse a pensar si nos suena a ésto o a aquéllo. Por último, «No Mires Atrás» cierra el ábum, de una manera muy optimista, y con unos 45 segundos extras finales lentos pero deliciosos, en los que Sidonie evoca un cielo azul, dejando a la interpretación de cada uno a qué pueden referirse.
En definitiva, es un disco muy notable; Sidonie se desmarca completamente de Sidonie, han preferido hacer el disco que ellos querían, y hoy por hoy según está el mercado musical, con una apuesta así de arriesgada, hay que jugárselo a todo o nada. Para nosotros, quizás es su disco más completo, y por tanto, el mejor de su carrera, y por supuesto seguiremos bailando con «El Incendio» o «Nuestro baile del viernes«.
Escúcha El Fluido García en Spotify (Pincha aquí). Sidonie está ya confirmado en el cartel del Sonorama Ribera 2012.