En Long-Brit no estaríamos hablando de Alizée (aunque su último trabajo de 2010 «Une Enfant Du Siècle» ha recibido numerosas buenas críticas fuera de Francia en revistas musicales) sino es porque retomamos nuestra sección musical Versiones Autorizadas, y con la cual aprovechamos para hablar de alguien de quien teníamos pendiente. En este caso, la joven francesa nacida en la región corsa de Ajaccio se atrevió con una canción del que muchos dicen que es el maestro de la «Chanson» moderna, Serge Gainsbourg. Justo el tema que interpreta es además, una de esas piezas que una vez que escuchas permanece en tu memoria en un dulce letargo. El misticismo que la rodea (se dice que en sus últimos días de vida Gainsbourg la cantaba desde la ventana de su casa de la Rue Vemeuil en Paris rogando por un último baile presa de delirios por una avanzada cirrosis) no es sino una gota más en el mar que representa la grandeza de la propia canción, compuesta por primera vez alrededor de 1963 para que la interpretara Juliette Gréco.

Serge Gainsbourg & Juliette Greco 

Repasando brevemente la vida de Serge Gainsbourg, se diferencian varias etapas clarísimas en su música. La primera etapa, en la cual sus composiciones son más intimistas, no ha dado aún con la tecla mágica para lograr buenas melodías con un alto nivel en cuanto a letras. Las críticas además no le acompañan, por lo que entre otras cosas, decide comenzar a componer para otras personas, contando la mencionada Juliette Gréco y artistas de la talla de Petula Clark o Françoise Hardy. A partir de este punto cambia su concepción de la música, dando importancia a un todo, y es ya en el año 1965 cuando logra su primer éxito internacional ganando Eurovisión de la mano de Poupée de Cire, Poupée de Son,  interpretada por una bella Frances Gall. Posteriormente, en 1966, tendría uno de sus primeros escándalos, con la canción Les Sucettes, una canción anticipada para esos tiempos, con una buena melodía, pero siendo una alegoría moderna al bello arte de la felación, al punto de ser prohibida en algunos medios y romper su relación laboral con Frances Gall.

Serge Gainsbourg & Frances Gall

Es en estos años cuando Gainsbourg, mujeriego empedernido, comienza teniendo un sonado romance con la también francesa Brigitte Bardot, quien ya era un mito erótico. Es tal la complicidad entre ambos, que Gainsbourg, unos meses más tarde de publicar un disco con Anna Karina (una de las musas de la Nouvelle Vague), cuyo título era Anna, editó otro LP pero está vez cantado con Brigitte, llamado Initials B.B. Uno de los mejores largos de Serge, canciones preciosas de amor, pero con polémica servida. En el mismo aparecería una versión de la celebérrima canción Je t’aime… mais non plus grabada con Bardot, pero retirada en el último momento del mismo por expresa petición de ella, a quien le daba verguenza que la gente escuchara sus gemidos en el gramófono. No sería hasta años más tarde, cuando esta canción (que posteriormente Gainsbourg editaría pero con Jane Birkin) saliese a la luz.
Serge Gainsbourg & Jane Birkin
Tras este fugaz pero fructífero novizgo, Gainsbourg comienza una relación con otra estrella, Jane Birkin, quien en poco tiempo en Londres se había labrado una reputación con apariciones como en la clásica película Blow Up. Después de unos cuantos discos, entre ellos, Histoire de Melody Nelson, considerado el mejor de Gainsbourg, y de otro llamado como la canción cantada por Brigitte Bardot que no pudo editar, Je T’aime… mais non plus, con el tema homónimo, el cantante francés se lanza a realizar bandas sonoras para películas, e incluso a dirigirlas, con irregulares resultados, debido a los temas escabrosos que a menudo relataba. Esta labor la compatibiliza con la composición de temas reggae y funk. De nuevo la polémica estaría en primera plana por la versión de La Marsellaise que lanzó en clave de reggae.
Es en estos momentos cuando tras una vida llena de excesos y tras haber sufrido un par de crisis cardiacas, se le empieza a conocer como «Gainsbarre». Sus últimos años serán una oda al alcohol y al tabaco, protagonizando momentos bochornosos, como cuando le presentaron a Whitney Houston, quien por aquel entonces estaba teniendo un éxito tremendo con sus primeros EP’s, o cuando relatase sus primeros escarceos sexuales y gracias a él la frase «Mucho jamón para dos huevos» se hiciera famosa. Pero al final lo que hace al artista es su legado, y en eso, Gainsbourg no merece ningún tipo de objección.

Alizée Jacoteu interpretó La Javenaise en un concierto benéfico celebrado en 2008, acompañada de la Orquesta Filarmónica de Monte Carlo. Es una versión sin duda autorizada, por la capacidad que tiene para transmitir esos versos que antaño fueron pensados por Gainsbourg para otra mujer. Os ponemos también el video del tema cantado por el francés.