«Long Black Cars». Así se llama el último trabajo de los británicos The Wave Pictures recién estrenado el mes de abril y que acaban de presentar por varias ciudades españolas. Desde entonces, no podemos más que alabar el regreso de la banda liderada por David Tattersall. Si por algo se caracteriza este trío inglés es por un ritmo de trabajo frenético desde que lanzaran su primer álbum «Streets of Philadelphia», homenaje al maestro Springsteen y grabado en la Navidad de 2003 en casa de André (ex líder de Herman Dune e íntimo de Tattersall). Un año más y a disco por año desde entonces han vuelto a componer un buen puñado de temas frescos, rebeldes, y que siguen manteniendo el buen sabor de boca de aquel maravilloso Little Surprise (Beer In The Breakers, 2011).

En él encontrarás tracks tan finos como Never Go Home Again, Spaguetti o el homónimo Long Black Cars. Un poderío de punteos y buen gusto con los que no dejarás de darle al pie desde el primer momento. Con un mayor grado de madurez, los ingleses siguen conservando la estética lo-fi  pero sin dejar de exprimir lo mejor del indie folk para hacernos disfrutar del que consideran su álbum más ecléctico. Y es que David, Franic y Jonny ya no son aquellos colegas que se juntaban en un garaje un domingo por la tarde para componer unos cuantos hits a golpe de guitarras y batería. Ya han demostrado de sobra que saben muy bien lo que hacen. Un dominio pleno de todos los instrumentos que ha dado paso a una  justa consolidación por parte de crítica y público. 
Inocencia y madurez. Rebeldía y maestría. Un disco de escucha absolutamente obligatoria porque, desde la segunda vez, posiblemente seas capaz de engancharte. Para muestra, su single presentación Eskimo Kiss. Un 10.