En estos dos últimos años, nuevas bandas se han apuntado de nuevo no solo al vinilo sino también a editar sus trabajos en cintas de cassette. Un artilugio casi desconocido para la gente de la ESO, y que fue ni más ni menos que la autentica democratización del consumo musical en el siglo XX. Un formato al alcance de todos y el primer formato que se pudo adaptar a aquel reproductor portátil llamado «walkman». Benditos 90…

Lou Ottens, el holandés inventor de las cintas de cassette, revolucionó la música doméstica en los años 60 y fue figura clave en el posterior desarrollo del CD. Ayer falleció a los 94 años de edad.
Ottens, ingeniero jefe en Philips, se percató ya por los años 50 que las primeras cintas magnéticas eran muy pesadas, delicadas abultaban mucho, y por si fuera poco, sus reproductores eran enormes. Así pues se puso manos a la obra con el fin de crear un formato más accesible y manejable. Esa creación fue la cinta de cassette: compacta, barata y muy fácil de usar. El primer reproductor de cassette se presentaría en 1963, aunque no se puso a la venta hasta 1965.

Llegarían no solo el walkman, sino también los radiocassette de coche. La música al alcance de cualquiera por precio y por tamaño. Este formato incluso permitía en tu minicadena grabar tus propias cintas. El primer «pirateo» casero en la industria. La revolución había llegado.
D.E.P., Lou Ottens. Un autentico revolucionario.
