Éste finde semana se cumplieron 40 años desde el anuncio oficial de la separación de los Beatles y todo lo que se diga de ellos, es poco.

Let it Be, la película dirigida por Michael Lindsay-Hogg, en el año 1969 ya nos ponía en aviso. Los ensayos y la grabación ponen de manifiesto la tensión entre los «Fab Four» en aquella época. Las relaciones entre los miembros de The Beatles estaban en su punto más bajo y la soberbia estricta de Paul chocaba con las ilusiones utópicas de John. George se cansaba y Ringo no decía nada. Finalmente, Harrison abandonó la banda por una semana harto de la situación y sólo regresó para acordar la que sería la última actuación publica de The Beatles.

Ésta fue filmada en la azotea del edificio de Apple Corps en Londres, el 30 de enero de 1969 tras descartar su otro posible escenario, un barco cruzando el Támesis. Sin previo aviso al público que miraba atónito a sus ídolos encima de un edificio, los Beatles dejaron ésta actuación como un recuerdo inborrable en la historia de la música.

The Sunday Telegraph: «una película muy mala, pero al mismo tiempo enternecedora […] sobre la ruptura de esta tranquila, geométricamente perfecta, y alguna vez atemporal familia de compañeros.»

Tras muchas disputas entre los asesores financieros de la banda, la manera de producir las canciones, de cómo orquestar y estructurar su último album, McCartney anunció públicamente la separación del grupo el 10 de abril de 1970, una semana antes de la publicación de su primer álbum en solitario.

40 años depués siguen siendo uno de los mayores fenómenos sociales del siglo XX y su legado es fuente de inspiración para las mejores bandas del actual panorama internacional. Seguramente, la mejor banda de todos los tiempos. Únicos e irrepetibles. (By JRGE)