Angel Alvarez vuelo 605
No soy tan mayor y sin embargo me dió tiempo, allá en mis últimos años de colegio, de engancharme mientras cenaba y volvía de entrenar en mi equipo de fútbol a un programa que emitía M80 llamado Vuelo 605.
Recuerdo muy bien la primera vez que escuché aquella voz casi susurrante y otoñal que cada uno de los días presentaba a uno de los grandes artistas de la música contemporánea en cada uno de sus géneros: jazz, pop, soul, rock….; esa voz pausada, melódica, que se entremezclaba con los primeros acordes de todas aquellas maravillosas canciones. Recuerdo muy bien aquella entrada al empezar el programa: «Desde Vuelo 605, les habla Ángel Álvarez…, con los saludos de El Corte Ingles». Aún recuerdo el programa especial de los Beatles que durara varios días (el resto sólo era un artista cada día) y conservo en un cassette que pude grabar por aquel entonces, el especial sobre Bryan Adams, al que Angel llamaba en repetidas ocasiones «el genio de Vancouver».
Y es que Ángel Álvarez fue una voz pionera de la radio musical en este país. Trabajaba de piloto en Iberia y sus viajes, principalmente a EEUU, le permitían traer a España esos discos que aún no sonaban en nuestro país. Fue el primero en pincharnos canciones de los cuatro de Liverpool en la radio, el primero que pudo atreverse a poner en antena a bandas posteriormente transformadas en mito como Pink Floyd o Genesis. Comenzó en los años 60 con su primer programa de radio, Caravana («abrimos un camino por donde otros aun no habían pasado, como las caravanas del viejo oeste americano» y después con el ya comentado y célebre Vuelo 605. Programas que grababa en su propio estudio particular ya que nunca quiso pisar un estudio de radio.
Murió en el año 2004 con 87 años y yo aún sigo cada cierto tiempo tratando de encontrar material suyo en internet así como, escribiendo a PRISA y a la propia M80 Radio para ver si algún día podremos recuperar sus muchas grabaciones de «este vuelo sin motor».
En una entrevista para el diario El Mundo, una de tantas aventuras suyas:
          «P.-Cuénteme una anécdota sobre Vuelo 605.
R.-Recuerdo la primera vez que tuve un disco de Bob Dylan. Había ido a la CBS a pedir algo de material. Les expliqué mi historia, que era aviador y tenía también un programa de radio en el que ponía música que entonces en España no se escuchaba -hablo de los años 40-, y el hombre que me atendió -que se llamaba Satanley West- me entregó un montón de discos, entre ellos un sencillo de Dylan, porque aún no había sacado un elepé, en el que por una cara estaba el Blowing in the wind y por la otra Don’t think twice, it’s all right. Cuando llegué a España, lo pusimos. Allí estaban Salaverri, Revert, Álvaro Feito, Ramón Trecet… en fin, todos. Y empezamos a oírlo y a preguntarnos: «¿Y este tío quién será?» Y uno decía: «Éste debe ser un tío viejo». Y veíamos que estaba al lado de un cactus… Ni puta idea teníamos (risas). Y era Dylan.«
Angel Alvarez vuelo 605
Por su parte, el artista Miguel Ríos en un artículo para el diario El País, así lo recordaba:
          «Ángel Álvarez surcaba los cielos del Atlántico norte, operando la radio de un cuatrimotor de Iberia, líneas aéreas de España, cuando la mitad de los ciudadanos de este país viajábamos en sucios trenes nocturnos que siempre iban hacia el norte.
Durante muchos años el smooth operator voló a la ciudad de Nueva York, la meca cultural del siglo XX, y cuando volvía al Madrid del chotis y la represión de los años sesenta, en una doble vida que muy bien podía ser la misma, cambiaba el micrófono de la cabina del piloto por el de la radio, y sin metamorfosis alguna, sin las imposturas vocales que pide el medio, casi sin quitarse la gorra de plato, nos ponía la mejor música del planeta que traía en la bodega de su avión.
La música que despertó a toda una generación: el rock&roll.
Él contribuyó de manera directa a que se establecieran las primeras vocaciones rockeras en Madrid. Nos alertó de que otro mundo era posible, él lo sabía porque pasaba unos días a la semana en la libertad de la metrópoli, buscando discos con que alimentar nuestros sueños.
Lo escuché por primera vez en La Voz de Madrid, al poco tiempo de apearme del vagón de tercera que me sacó del tiempo congelado de la ciudad encantada.
Su voz era tan sugerente, tan extraterrestre su forma de decir Bob Dylan, Johnny and the Hurricanes, The Everly Brothers, que quedé fascinado con el poder hipnótico de su susurro.
Desde su nutritivo, mítico e iniciático programa de radio Caravana Musical, y gracias a Ángel, nunca estuvimos huérfanos de rock en este país, y su puente aéreo particular se convirtió en la embajada de la música popular americana que, probablemente, no se editaría nunca aquí.
Sus programas de radio, sostenidos con el aliento y el pulso del comunicador nocturno, su maestría para cabalgar el disco y encajar el nombre del artista, su emocionalidad, el amor por sus Series Doradas, tendrían que ser materia de obligado estudio en las escuelas actuales de radio.
Uno de los recuerdos más placenteros de mi carrera fue escuchar por primera vez mi música en su Vuelo 605. Era de noche, pusimos la radio. El coche nos llevaba de pueblo en pueblo en aquel verano de 1980, era la gira del Rocanrol Bumerang.
Sobre los primeros acordes de Santa Lucía, el smooth operator, operando sobre las emociones de las guitarras de John Parsons, dijo: «Esta noche, en el morro del jet viaja con nosotros un artista de Granada, Miguel Ríos. A menudo me recuerdas a alguien…», mi voz sustituyó la suya, mientras a mi izquierda la línea continua, la línea alterna, al frente las luces largas, las luces cortas.
Yo emocionado pensaba, como hoy, gracias, Ángel, gracias. Long live rock&roll. «
Como Miguel Ríos, hoy también todos nosotros te seguimos agradecidos. Descanse en paz.

Link: Vuelo 605 – The Beatles ; Vuelo 605 – Neil Diamond ; Mis canciones Favoritas (audio 1er programa vuelo 605)
+info:  Ángel Alvarez
twitter:  @JRGE09 / @LONGBRIT