
Madrid, 20 de julio. Todavía con la sensación de un verano atípico entramos en el recinto de las Noches de Botánico y al instante sentimos que nos transportamos a un oasis de felicidad. Recorremos los puestos de complementos handmade mientras disfrutamos de una Alhambra bien fresquita. Faltan algunos minutos para escuchar a Jorge Drexler pero decidimos apurar al máximo nuestro recorrido por el festival. La cancelación del 2020 por motivos que todos conocemos ha hecho larga la espera. El buen rollo entre los asistentes y una organización impecable aportan un grado de satisfacción.

El sol comienza a ponerse sobre el cielo de Madrid y un tenue reflejo anaranjado ilumina algunas facultades de «La Complu». Muchos son los recuerdos para los que en su día pasamos por las aulas de esta universidad. Sobre las 22:15h, ya acomodados en nuestras sillas, se encienden las luces del escenario. Se abre el telón para disfrutar de una obra con muchas dosis de realidad. Guitarra en mano un Drexler tímido y emocionado vuelve después de 16 meses sin pisar las tablas de un escenario acompañado de su inseparable percusionista Borja Barrueta. Una emoción contagiosa que enaltece todavía más al artista. Agradecido a Madrid, su ciudad, a su público y fieles admiradores desde hace tantos años. Jorge explica la ausencia de la pianista Meritxell Neddermann en cuarentena por positivo en covid y agradece también la paciencia a quiénes no pudimos verle el pasado mes de septiembre. Después de 17 años tocando juntos nunca imaginaría Drexler que un dúo con Barrueta hubiera funcionado tan bien. Y suena «Pongamos que hablo de Martínez». Otra muestra de agradecimiento, en este caso, a su mentor, el maestro Sabina. Capaz de crear una atmósfera de intimidad con el público que solo un artista de su talla puede conseguir. Con los silencios cómodos y un sonido impecable que consigue con un micro de corbata y un discurso conciliador lleno de verdad.
Poco a poco se intercalan los temas de «Salvavidas de Hielo»(2017) con temas de sus anteriores trabajos. Escuchamos «Al otro lado del Río», canción que le dio un Óscar, el premonitorio «Toque de Queda» que interpreta de manera sublime con su mujer, la maravillosa Leonor Watling, y «Codo con Codo» compuesto en plena pandemia hasta llegar a la «Trama y el Desenlace» con el que nos anuncia que, como bien reza el título, el recital va llegando a su fin. Es tal el nivel de disfrute que nos resistimos a que llegue ese momento. Y llegan los bises. Pero, para sorpresa, no serán unos bises cualquiera. Jorge está acompañado de los integrantes del coro Gospel Factory que han colaborado en su último single «La guerrilla de la concordia» y juntos interpretan «Todo se transforma», uno de los buques insignia de la discografía del artista uruguayo. Y se nos aguan los ojos y nos acomodados en una profunda ingravidez.
Jorge es el buen gusto, la sutileza, el coraje, la rebeldía elegante, la humildad no impostada, la poesía hecha música. Un genio sin aspavientos. Como el sueño de una noche de verano. La espera ha merecido mucho la pena. Gracias Jorge.

Amar es ir a ciegas
El corazón despega, mientras todo arde
Odiar es mucho más sencillo
El odio es el lazarillo
De los cobardes¡Armémonos!
Armémonos de valor
¡Armémonos!
Armémonos de valor, hasta los dientes
El miedo salió de su fosa y hoy
Amar es cosa de valientes¡Amémonos!
Amémonos porque sí
¡Amémonos!
Ahora mismo y aquí
Haciendo historia
Soltemos al aire nuestras octavillas
De la guerrilla de la concordiaAmar es ir a ciegas
El corazón despega, mientras todo arde
Odiar es mucho más sencillo
El odio es el lazarillo
De los cobardes¡El odio es el lazarillo
De los cobardes!
¡El odio es el lazarillo
De los cobardes!¡Armémonos!
Armémonos de valor
¡Armémonos!
Armémonos de valor, hasta los dientes
El miedo salió de su fosa y hoy
Amar es cosa de valientesAmar es cosa de valientes
Amar es cosa de valientes
Amar es cosa de valientes
Amar es cosa de valientesSoltemos al aire nuestras octavillas
De la guerrilla de la concordiaCuerpo a cuerpo, verso a verso
(¡Amar es cosa de valientes!) Es una guerra de guerrillas
Y hay un comando de poetas suicidas rimando en las alcantarillas
Diciendo armémonos, armémonos de valor hasta los dientes
Porque amar
¡Amar es cosa de valientes! (¡Amar es cosa de valientes!)