El curso académico festivalero 2012 llega a su ecuador y mientras muchos de nuestros alumnos acaban de llegar del BBK, el Optimus o el Fib, aprovechamos para repasar y evaluar lo mejor y lo peor de esta primera vuelta. Mucho queda aun por delante (Pirineos Sur, Jazz de Vitoria, Monegros, Dcode…). Pero esa será otra batalla que ya os contaremos. Extrayendo el título del primer recopilatorio de Los Piratas y con gran capacidad de síntesis os iremos relatando los do’s y los dont’s, las luces y las sombras de la primera fase de los festivales que abarcan nuestra geografía. ¿La segunda revisión? Como no, en septiembre.
Sonisphere
Desde Getafe el auditorio John Lennon, a.k.a. pista de asfalto infernal, nos sirvió de soporte para los sonidos más duros, lo que demuestra que hard rockers y heavies son de otra pasta. Como tribus bárbaras del norte, campaban a sus anchas por un entorno cuanto menos hostil. Calimocho, tachuelas, melenas largas aunque algunos con frentes despejadas, lo que demuestra que el cartel invirtió más en glorias pasadas que en promesas actuales.
Para recordar…
Soundgarden, que impregnó la atmósfera de alquitrán denso, capas y capas de guitarras, más Sabath que nunca con la increíble voz de Chris Cornell que atravesaba el aire y se clavaba como una espada. Slaves & Bulldozers y Fell On Black Days, inolvidables.
Kyuss Lives. Musicón y cátedra de Stoner rock.
Clutch y Slayer haciendo los mejores conciertos que les he visto y rejuvenecidísimos. Respeto.
Metallica, que tocó el black álbum y algo más para 50.000 personas. Es evidente que no están en su mejor momento y Lars se va un poco con la batería. Quizá pesa un poco que un servidor vaya ya por la sexta vez, pero el que nunca los hubiese visto antes, los recordará.
Para olvidar…
The Offspring, ‘desidia’ es la palabra. Con un grupo de versiones hubieran hecho disfrutar al respetable, pero lamentablemente se mostraron como una pandilla de acomodados punks cincuentones.
Limp Bizkit. Pese al alto octanaje de su repertorio, son una parodia de sí mismos.
Primavera Sound 


Qué decir de este festival que es la niña de mis ojos. Pues que la propuesta es extensísima y tan personal que se pueden vivir 10 realidades diferentes sin coincidir grupos prácticamente. Que los registros van desde la electrónica de culto al chunda chunda mas barriobajero, del rock lo-fi al metal que haría palidecer a Motorhead. A ello sumaríamos altas dosis de hip hop, dream pop y sobre todo indie, mucho indie.
Jueves 31 de mayo 
The xx presentó sus nuevos temas, y aunque en las primeras filas se creaba una atmósfera oscura, el sonido se diluía poco a poco al alejarnos. Pocas sorpresas de los ingleses, cuyos nuevos temas suenan a una continuación, algo que tampoco nos extraña mucho.
Asap Rocky fue sin duda la decepción del festival. No le llegó ni la suela a los Odd Future de 2010 y en lugar de flow oscuro y bombástico, quedó relegado a  unos cuantos guiris, eso sí, bastante animados.
Bombino triunfó con su propuesta tan particular. Y es que no se ve todos los días a un grupo de bereberes con guitarras eléctricas. Estuvieron al nivel.
Japandroid reventaron al personal y es que cada vez parece más claro que una guitarra y una batería pueden marcar la diferencia (White Stripes, Black Keys , PS I Love You). Riffs cabezones y mucha testosterona.
John Talabot se reivindicó como una de las propuestas más importantes de la electrónica patria con muchas cosas que decir tanto en España como fuera de nuestras fronteras.
Viernes 1 de junio
Lo mejor…
                                                                 M83.
M83 dio todo un conciertazo. Tablas y empatía con el público a pesar de que no convenció en su cita madrileña. Fue lo mejor del día.
Mayhem montó su show con cabezas de cabra colgantes, pintoresco e irrisorio por momentos. Por su parte, The Cure se precipitó en un concierto infinito para nostálgicos que podría haber sido aún más infinito debido a lo extenso de su repertorio.
A destacar: Dirty Three, que en directo dan sentido a la difusa propuesta de sus discos aunque añadan más improvisación si es posible; The Rapture y Napalm Death, un clásico moderno.
Lo peor…
La rajada de los Melvins, además sin justificar. (Solo el Jäggermeister pudo suplir este dolor…).
Sábado 2 de junio
Lo mejor…
Wild Beasts dio un espectáculo increíble con un punto de sonido, otro de empatía, otro de química entre los músicos y otro de espontaneidad con el resultado final de una despedida emocionada y un público satisfecho.
Justice creó un muro de sonido con el que reventó el escenario San Miguel. Sus temas ya son hits pero levantan a un muerto, diversión a raudales. 
Beach House dieron el cambio del día a la noche y aunque su música fue una liturgia para fieles confesos, su propuesta se diluyó en el aire hacia los últimos temas.
Godflesh. Una guitarra, un bajo y bases de drum and bass. Lo más cerca del infierno que puedes estar en la tierra. Música para matar zombis con un bate. En el otro extremo Josh T. Pearson desgranaba tristeza en clave de country impregnada en Bourbon. 
Lo peor…
Perderme a Yo la tengo, Lisabö, Dominique A y Wilco
Imagen para recordar: escuchar clásicos de ayer y de hoy (Nirvana, The Smiths, Red Hot, New Order, etc…) en el escenario ATP con mi amigo Pablo y rodeado de la aristocracia indie patria: Los Planetas, Lori Meyers, Nacho Vegas, Christina Rosenvigne, Sr. Chinarro, Fernando Alfaro o Grupo de Expertos Solynieve. Como cierre de festival, todo un gustazo.
Sonar
                                                                                                                               The Roots.
Festival que aúna la vanguardia electrónica y el cool. Se realiza en el centro de Barcelona en un ambiente pseudo bucólico creado para la ocasión. Presenta dos imágenes: por el día, más tendente a la experimentación y a los sonidos más avanzados; y por la noche contiene todos los elementos de una fiesta en toda regla, coches de choque incluidos.
Existen muchas diferencias entre las dos. Mientras que en el día es prácticamente imposible conocer a todos los participantes (a no ser que seas un erudito de la electrónica), durante la noche se concentran grandes nombres como Fatboy Slim, Luciano, Richie Hawtin o James Blake.
                                                    Totally Enormous Extinct Dinosaurs.
Lo mejor de entre todas las propuestas del sonar del día fue Totally Enormous Extinct Dinosaurs, con su nuevo álbum que navega entre el pop electrónico, el house con un poco de french touch y su parafernalia india. Tendremos que esperar para saber si es más que un hype, como Jonh Talabot, que hizo las delicias también en el Primavera Sound y The Suicide Of Western Culture, que hicieron un show apoyados en un gran sonido pero necesitado de mejor soporte visual por lo evocador de su música.
De noche, la masividad del evento hizo parecer un cóctel de club de campo con tientes de verbena. El público aunaba incombustible, entendidos, crápulas, juerguistas catetos de pantalones alcalinos (véase los que permiten ver 5 centímetros de tobillo y se mueven en el difícil terreno del largo y el corto) y dealers.
Lo mejor…
The Roots, una auténtica fiesta. Una banda con todas las letras, aunando el mejor funk con rock, soul y hip hop vigoroso que hizo gozar al respetable hasta el delirio. Sin duda, uno de los conciertos del 2012.
Die Antwoord, o los odias o los quieres. Yo personalmente esa noche los quise. El rabal sudafricano y el instinto poligonero en su máximo apogeo se desenvolvieron como pez en el agua en un escenario enorme. Gran mérito.
Modeselektor hicieron un buen show con gran sonido. Se escuchó mucho la cantinela de que siempre hacen lo mismo. Aun así, lo hacen bien y Evil Twin fue salvaje.

Ni fu ni fa…
La representación del ‘Dubstep’ de Mary Anne Hobbs y Maya Jane Coles, quizá porque en Londres tiene más aceptación este estilo o quizá por falta de acierto.
Deadmau5… ¿próximo dj de moda? ¿Electrónica para las masas? Por ahora, con cierto estilo.

Lo peor…
Las barras masificadas y los colocones destroyer.

Día de la Música
                                                                                                                                                                                                Azealia Banks.

De mera anécdota, ha pasado a ser un festival más después de haberse movido por múltiples propuestas, desde el Circo Price a diferentes salas. Esta vez en su forma original, El Matadero, un entorno que a pesar de sus múltiples inconvenientes (calor extremo y hora de cierre a la una de la madrugada) consigue crear un paisaje atípico para un festival y es una buena forma de emplear un fin de semana en Madrid.
Lo mejor…
Lee Fields, soul man increíble con bandón que, a pesar de su veteranía y sus galones, se partió la camisa a las 5 de la tarde a 35 grados para dar un repertorio de soul clásico con The Expresions que cumplió su papel de banda acompañante. Toda una revelación.
Azealia Banks, esta niña sin disco aún, congregó a gran público y montó una fiesta de 30 minutos que se movió entre el dance hall, el hip hop, sonidos de sound system y acabo con 212. Pasa con nota.
Alejandro Escovedo, rock clásico pero efectista.
Metronomy cumplieron con las expectativas y jugaron con la acústica de las naves del matadero a su favor.
Ver a España ganar a Francia con Love of Lesbian tocando 2 horas a metros supone reconocer el increíble el esfuerzo de los catalanes que, aun así, contaron con bastante público.

Lo peor…

Maxïmo Park, grises 
Mercury Rev no consiguieron crear las atmósferas de sus discos tan oscuros y psicodélicos a las 7 de la tarde con un sol de justicia. Tan mala elección, como los pantalones de pana burdeos de su cantante, Jonathan Donahue.
Spoon no fue lo peor, pero no transmitieron nada y se esperaba algo… 
Como veis, las propuestas son variadas y las opciones infinitas. Así que os animo a que os acerquéis a alguno de los festivales que aún están en marcha. Buena música y buenas vibraciones para tiempos inciertos. Peace & Love.