Hoy ya son muchos los que hablan del Rock Werchter como el mejor festival musical del viejo continente (puede que el Glastonbury y el «T in the park» sean sus únicos contrincantes).

Pareciera que tal festival fuese un Summercase o un cuasi-Fib en cuanto a su reciente creación, pero nada más lejos de la realidad. Ya en el año 1988, ésta localidad belga presenció el concierto íntegro de un sólo artista más memorable que se recuerda hasta la fecha. Nada más y nada menos que Sir Bryan Adams (en efecto, ídolo de siempre para el que escribe éstas humildes líneas) congregó allí a nada más y nada menos, ojo a la cifra, más de 50.000 personas.

Sí, efectivamente, y eso cuando el festival Rock Wertcher todavía no era tal y no tenía la publicidad, el marketing y la ayuda de la mercadotecnia «indie» que hoy disfruta. Bryan Adams realizó el que hasta ahora se considera su concierto más prodigioso, se trata del Live! Live! Live!. En éste, Bryan Adams presenta un recopilatorio de sus éxitos clásicos procedentes principalmente de su rockero «Cuts Like A Knife» y la cesta rebosante de hits conocida como «Reckless» (junto a «So Far So Good», su mejor disco).

Originalmente, se había dispuesto que el concierto fuera transmitido por TV, pero tal fue el éxito alcanzado y la magnitud del evento y asistencia del público, que se decidió grabarlo en su totalidad y ser expuesto al mercado.

Efeméride tal, no podía pasar desapercibida para un redactor de Long Brit y un maníaco de la vida y obra del genio de Vancouver (su única pega, ser aficionado del Chelsea. Parece que en menos de un mes se llevará un gran disgusto…! vamos Leoooo!!)

Y una joya extra e inesperada: Adams en el Live Aid de 1985, presentado por J. Nicholson (todavia con pelo)