Llevo más de dos años preguntándome qué tendrá el Northwest americano de especial. El caso es que su música refleja la naturaleza, paisaje y espiritualidad de un lugar anclado en las emociones de lo espontáneo, en la belleza de lo extenso, lo frondoso, lo salvaje.

Seattle, Portland y Vancouver. Ellos son el eje principal del Pacific Northwest americano. Una región obsesionada por la naturaleza, por el consumo de productos ecológicos y una de las zonas donde menor asistencia de fieles acude a las iglesias de toda Norteamérica. Conocida también por la afición de sus ciudadanos al transporte público y especialmente, al de la bicicleta. Una región altamente concienciada y respetuosa con su medio ambiente, preocupada por el cambio climático y un lugar donde, no podía ser de otra manera, nació Greenpeace (Vancouver, 1971).

En esta misma región hemos visto nacer lo mejor de la nueva música indie norteamericana, el grunge, el rock alternativo y por supuesto, el folk. Jimi Hendrix, Nirvana, Soundgarden, Presidents of The United States of America, Built to Spill, Death Cab For Cutie, Foo Fighters, Elliott Smith, The Decemberists, The Dandy Warhols, Modest Mouse, Everclear, Pedro The Lion, Alice in Chains, Blitzen Trapper, Postal ServicePearl Jam,… una colección interminable. Por supuesto, muchos de ellos, cantera del mejor sello de música norteamericana, SubPop. Otros tantos, algunos de mis grupos preferidos de ahora y de siempre, también originales de aquí. Hablo de Fleet Foxes y Bryan Adams.
En este paraíso también está, junto con los programas musicales de NPR, la mejor emisora de este planeta, KEXP.org. La célebre radio nacida y establecida en Seattle. ¿Festivales?, por supuesto también. A destacar, el inigualable Sasquatch! Music Festival y el legendario Vancouver Folk Music Festival.

Estoy seguro que de haber nacido por estos lares, hubiera sido alguien en el mundo de la música. Eso, o al menos lo parecería llevando una frondosa barba y camisas a cuadros cual romántico leñador.
Por aquel territorio de naturaleza tan salvaje, donde Alexander Supertramp se quedara aislado en su viaje espiritual, se encuentran las Orcas Islands y en ellas, Doe Bay (pertenecientes al condado de San Juan y al estado de Washington).
Allí, donde únicamente podrás llegar a través de un pequeño ferry o alquilando una avioneta, se realiza el Doe Bay Fest.
No es un festival al uso y ni tan si quiera creo que monten bonitos escenarios para la ocasión. Hablan de él como de la «mejor y más personal esperiencia» que muchos hayan podido celebrar.
Del 11 al 14 de Agosto, hace a penas una semana, volvieron a tener los afortunados allí presentes, una veintena de bandas en el increible Resort Doe Bay. Lo mejor del Pacific Northwest (PNW) en un formato único y absolutamente personal. ¿Se imaginan escuchar a (una de las bandas que más hemos apostado en Long Brit en este año) The Head and The Heart, codo con codo con usted, en un bello jardín de la islita y luego tomando unas cervezas con ellos e incluso durmiendo y conviviendo con todos los miembros de la banda..!!!?! Pues sí, esto es Doe Bay Fest. Un campamento musical de verano para adultos.

Pero este asunto va mucho más allá. ¿Se imaginan a Damien Jurado con su familia y amigos compartiendo una puesta de sol con todos nosotros y bajo el hechizo de alguna de sus canciones?; pongamos, por ejemplo, ¿Arkansas..? (para, con perdón, mear y no echar gota).
Compras tu entrada para el festival así como reservas algún lugar para dormir ese fin de semana. Bien sea en el camping o, si andas listo, una cabaña o «cúpulas» que allí lo llaman. Cuentan que en una de estas cabañas, en la pasada edición, Ravenna Woods, junto a otras 50 personas que abarrotaban dicho lugar junto a ellos, pusieron colofón al festival con un concierto improvisado que terminara con todos los presentes bailando, cantando a pleno pulmón con botella de whisky en mano y llorando al mismo tiempo, no se sabe muy bien si de alegría o de tristeza por ver terminar una nueva edición de tan evocador evento.

Allí, donde este verano estuvieron disfrutando bandas como The Head and The Heart, The Builders and The Butchers, Damien Jurado, Ravenna Woods, The Maldives o John Vardeslice; allí donde pasear por la pequeña isla es toparte con un improvisado concierto y donde la naturaleza es parte de la música, es otro de esos lugares donde morir sería un privilegio.
Algún verano prometo renunciar al sol, la playa y el chiringuito y emprender rumbo al Doe Bay Fest o al Newport Folk Festival. Daré cuenta de ello aquí, en Long Brit. Juro que así lo haré! 
@JRGE09