
Es el trabajo soñado por muchos de nosotros y desde luego, a simple vista, pudiera parecer cuestión simple, pero Alexandra Patsavas ha llegado a ser la «music supervisor» norteamericana más cotizada de la pequeña y gran pantalla.
Nacida en Chicago (aunque como su propio apellido indica, de ascendencia griega) Patsavas fue una estudiante de ciencias políticas que desde siempre tuvo una gran atracción por la música, cuando siendo muy pequeña sus padres le bombardeaban la cabeza con los propios discos de aquellos años 70, hasta cuando en su adolescencia empezó a ser asidua a todo concierto de más o menos reconocida banda que se promovía por los alrededores de Illinois.
Comenzó trabajando en una agencia llamada BMI y aportando más o menos valor añadido en multitud de películas, cerca de sesenta cintas. Como «music supervisor», combinando tanto sus conocimientos musicales como aquellos aplicados al mundo audiovisual, comenzó a sonar cuando ella mismo puso en pie su propia agencia, Chop Shop Music Supervision. Los comienzos fueron duros debido a las tensas negociaciones sobre las licencias musicales para cuadrar intereses de discográficas y presupuestos y por el trabajo codo con codo con los productores y el contacto último en muchos casos con los artistas. Un juego de intereses con muchos frentes abiertos que Patsavas supo manejar perfectamente y que finalmente terminaron por realzar su nombre en solitario en los créditos de algunas de sus primeras series de renombre como Mad Men.
Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó con la siguiente tanda de series en las que intervino de manera decisiva y sobresaliente: The O.C., Grey’s Anatomy, Chuck y Gossip Girl. Su trabajo en la primera de ellas, The O.C., supervisando, mezclando y desarrollando la selección de canciones para cada escena en cada capítulo, le confirió a Patsavas el estatus del que hoy goza. Convenció a artistas de realizar versiones exclusivamente para la ocasión y llegó a comercializar recopilatorios de bandas sonoras que fueron un auténtico éxito de ventas no sólo en Estados Unidos. Ella es la responsable de la vuelta a ver apariciones musicales «en directo» en las series, algo que no se veía desde Beverly Hills, 90210 cuando en 1995 salieron a tocar The Flaming Lips.
Sin ir más lejos, en la propia The O.C. vimos tocar en el Bait Shop a unos primerizos The Killers, Rooney, Modest Mouse, The Subways, Death Cab For Cutie o The Walkmen. Y aquí es donde viene el auténtico valor añadido de Patsavas, el ser capaz de relanzar a artistas a través de la aparición en sus bandas sonoras en una proporción similar al que dichos artistas confieren a la serie un halo de nueva tendencia y moda a seguir. Esto último, en parte debido a que muchas de las selecciones musicales que ha realizado Patsavas se han apoyado en nuevas bandas independientes (llámenlo «indie» si ustedes quieren) que apuntaban a «new-band-to-watch» en un futuro cercano.
Canciones y bandas como Snow Patrol pasaron a ser un fenómeno mundial en buena parte cuando en Grey’s Anatomy seleccionaron aquella inolvidable y pomposa «Chasing Cars» o el one-hit-wonder de The Fray y su «How to Save a Life». Por aquel entonces, productores como Josh Schwartz, con quien ya había trabajado en The O.C., se la llevó para otras aventuras televisivas como Chuck y Gossip Girl, donde en esta última Patsavas trató de repetir formula pero en versión neoyorkina, como bandas de estilo y estética más próximas a la costa este y de la gran manzana.
Cuando Chop Shop Music Supervision pasó a ser Chop Shop Records en 2007 tras un acuerdo con Atlantic Records, Patsavas pasó a tener su propio sello discográfico y entre otros, a publicar las bandas sonoras de la saga Crepúsculo (Twilight), por las que fue nominada varias veces en los Grammy Award bajo la categoría «Best Compilation Soundtrack Album for Motion Picture, Television or Other Visual Media». En total, tres nominaciones, incluyendo una previa por su trabajo en el recopilatorio «Grey’s Anatomy Original Soundtrack, Vol. 2»
Alexandra Patsavas hoy ya es una eminencia y además de honores testimoniales como llegar a ser jurado en alguna edición de los Independent Music Awards, puede presumir de ser la mujer más cotizada en la industria audiovisual americana cuando hablemos de música. Entre sus últimos trabajos, destaca su miniserie de 2015 The Astronaut Wives Club de la cadena ABC o la recién estrenada este año en movistar+ de Riverdale.
Recordáis alguno es estos momentos…?
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