
El otrora cantante de Screaming Trees y la voz femenina de Belle & Sebastian se entienden, y vaya si se entienden. Apodados por la prensa especializada como “La bella y la bestia”, combinan a la perfección la voz terrosa del uno con las armonías y coros de la otra, creando una propuesta musical harto interesante.
Aunque tampoco son el primer ejemplo que responde al prototipo de “hombre bohemio, duro y crápula y mujer inteligente, dulce, casi virginal”. Ya Gainsbourg (del que se cumplen 20 años de su pérdida) y Birkin respondían a este patrón, así como Tom Waits (al que recuerda Lanegan en alguno de sus temas) y Kathleen Brennan, o Nick Cave y Pj Harvey (esta menos virginal…) son claros ejemplos del éxito de esta fórmula.
Lanegan, escupido de las cloacas del Hard Rock, es rescatado por Campbell, que exorciza sus demonios a través de temas que van del jazz al crooner, del country al Tim Pan Alley y la canción de cantautor.
La versatilidad es sin duda la gran característica de ambos, escribiendo tapices sonoros que nunca hubiéramos esperado (al menos de Mark).
Su tercer largo “Kawk” es una conjunción perfecta, atemporal, sin fisuras, que suena simple y completo, sencillo y elaborado. Un disco que suena a redención, la redención de Lanegan, al que se le ha dado una segunda oportunidad a través de la voz y la creatividad de Isobell. Pura música.
(By The Doctor)
muy fino, socio! buen gusto…!