Escucharle hablar es un placer. Casi tanto como verle tocar el Hammond. Es un músico de raza, honesto, de calidad inconmesurable. De los que disfrutan tocando y hacen disfrutar al que escucha.
Julián Maeso nos ha hablado de su salida de
Sunday Drivers y de su paso por bandas como
M-Clan o
Quique González. Pero sobre todo nos ha hablado de
«One Way Ticket To Saturn» (Sony, 2014), su último proyecto, un delicioso cocktail de jazz, soul, rock, country y funk que le ha llevado por gran parte de nuestra geografía. Con el Hammond a cuestas y la legión de indomables músicos que siempre le acompañan, este viernes volverá a la Sala El Sol, ese reducto que tan bien le ha acogido y donde saca lo mejor de sí mismo. Concierto imperdible, ojo.
Long-Brit: Te lo habrán preguntado unas mil veces, pero es inevitable que nos cuentes qué pasó con Sunday Drivers. Tiene que haber razones de mucho peso para que una banda que ha teloneado a Wilco o Coldplay decida separarse…
Julián Maeso: Al igual que todo en esta vida, las cosas pueden tener su fin. Con los grupos pasa lo mismo que con las parejas o con los trabajos, que a veces funciona y a veces no. Sunday Drivers llevaba tiempo funcionando pero llegó un punto en el que había problemas internos serios. En su momento no fue agradable, pero con el paso del tiempo te das cuenta de que si el engranaje no funciona lo mejor es que cada uno tome su camino. Durante el tiempo que estuve aporté mi grano de arena y disfruté, que es lo importante. El resto lo dejo para mi libro.
LB: ¿Estás escribiendo un libro? Avánzanos un poco más…
JM: Lo del libro es una propuesta. La idea es contar un poco mis experiencias, anécdotas y mi visión de la música a lo largo de estos años. Lo he empezado mentalmente pero aun necesito ver cómo voy a enfocarlo.
LB: Después de Sunday Drivers empieza a gestarse Julián Maeso como proyecto en solitario. ¿Qué te llevó a dar ese paso?
JM: Después de mi salida de Sunday Drivers me marché a Valencia para cambiar un poco de aires y allí empecé a componer los temas que forman parte de «Dreams Are Gone». Poco a poco fui montando mi proyecto que hoy va tomando su cauce.
LB: No hay mucha gente que toque el órgano y mucho menos el Hammond. Tú eres, según la crítica, uno de los grandes maestros del Hammond en España, a pesar de que tu modestia te impida reconocerlo. ¿Cómo decidiste tocarlo y qué te aporta que no te aporten otros instrumentos?
JM: La relación con el Hammond viene de pequeño. Con ocho años estudiaba en el colegio Nuestra Señora de los Infantes de Toledo, un colegio de monjas donde seleccionaban a los niños con voces más o menos finas que luego cantarían en la catedral. Yo fui uno de los seleccionados y durante varios años iba todos los domingos a cantar a la Catedral de Toledo. Ahí vi por primera vez un órgano.
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Foto: Pedro Muñoz. |
Años más tarde, unos amigos de mis padres tenían una tienda de instrumentos musicales y, casualidades de la vida, en su casa guardaban un par de órganos, uno de ellos era un Hammond. De pequeño siempre iba allí a trastear con ellos. Mi padre tocaba en un grupo de los 60 y viéndole también empecé a tocar la guitarra y la batería. Recuerdo que mi madre me compraba las revistas de casetes de la editorial Planeta de Agostini y con 14 años me di cuenta de la grandeza de aquel instrumento. Llamé a los amigos de mis padres y les dije si aun tenían el Hammond. Me lo regalaron y a partir de ahí empecé a sacar los temas de oído y a tocar como teclista en diferentes grupos como los Blackbirds o los Sweet Vandals.
LB: Tocas de oído. ¿Nunca has estudiado música?
JM: Lo cierto es que no pasé de primero de Solfeo en el conservatorio. La manera de enseñar no me enganchaba. A veces los profesores no saben cómo enganchar a los alumnos y eso hace que pierdan interés por la música.
LB: Has tocado entre otras bandas con M-Clan o Quique González. Imagino que has aprendido mucho de ellos. ¿Qué recuerdos guardas de aquellas etapas?
JM: Pues guardo recuerdos de muchos nervios y mucho respeto. Lo pasaba bastante mal porque no consideraba que estuviese a la altura y me sentía muy inseguro, pero también aprendí a ver cómo funcionan las giras y a enfrentarme a tocar encima de un escenario. Solo tengo palabras de gratitud y respeto hacia todos ellos porque además soy un gran admirador de su música.
LB: La semana pasada pudimos verte con Alberto Anaut en las tablas de La Boca Club dentro del Ciclo Mézclate. Como espectadora puede decir que las sensaciones han sido maravillosas. ¿Cómo ha sido la experiencia para ti?
JM: Muy buena. Alberto tiene un gran talento. Canta y toca la guitarra genial. Aunque es cierto que no hemos tenido mucho tiempo para ensayar, las dos voces han empastado muy bien y la química ha funcionado. Para mí ha sido una experiencia muy enriquecedora y espero poder repetirla pronto.
LB: Con «One Way Ticket To Saturn» has conseguido un enorme reconocimiento y una gira muy exitosa. ¿Cómo te sientes a nivel personal?
JM: Estoy muy muy feliz, porque levantar este proyecto me ha costado mucho esfuerzo y sacrificio. Cuando sales a tocar tienes que pagar a los músicos, el hotel, la gasolina y la furgoneta y cuando no eres lo suficientemente conocido y no tienes dinero para promocionarte, los gastos son los mismos y empiezas prácticamente desde cero. Yo he vuelto a casa después de muchos conciertos sin ganar dinero, incluso perdiéndolo. Pero eso le pasa a cualquier grupo que está empezando al igual que a cualquier empresario que invierte su dinero para montar su propia empresa. Gracias al apoyo de los que me rodean, de Sony y del management parece que este disco está gustando mucho y eso hace que el esfuerzo haya tenido su recompensa.
LB: «Dreams Are Gone», tu debut en tu solitario, tenía un corte más intimista, melancólico. Sin embargo, «One Way…» no tiene nada que ver, es mucho más positivo. ¿Con cuál de los dos discos te sientes más realizado profesionalmente?
JM: Le tengo más cariño a «Dreams Are Gone» porque ha sido la base y el que ha marcado el principio de todo. Refleja muy bien el momento que estaba viviendo por entonces. «One Way Ticket To Saturn» es una evolución, más vivo y fresco, una consecuencia lógica de lo anterior. Al principio no daba un duro por este disco porque lo hice con mucha prisa y sin embargo ha gustado mucho más de lo que yo pensaba.
LB: ¿Cómo ves la escena musical española en la actualidad? ¿Crees que goza de buena salud?
JM: Creo que esto es como un tren con unos veinte vagones en el que cada año se pueden subir muy pocos afortunados. Si te vas a cualquier festival español te das cuenta de que en todos están los mismos grupos. Y eso no es bueno porque a veces no se le da la oportunidad a grandes músicos que hay hoy en día en España. Creo que el negocio prima por encima de la música. Eso es así.
LB: ¿Festival o sala pequeña?
JM: Sala pequeña. Evidentemente toco en festivales pero me gusta la cercanía con el público, donde puedo establecer una conexión visual. En los festivales hay mucha gente, la prueba de sonido suele ser corta y mala y se toca menos tiempo, generalmente una hora, por la cantidad de grupos que hay.
LB: ¿Cuál ha sido el concierto que más has disfrutado hasta ahora, ese que recuerdas con un cariño especial o en el que recibiste mejores vibraciones?
JM: Pues hay muchos, pero para mí desde hace años los conciertos en la sala El Sol, no sé por qué, tienen algo especial. Hay una relación de familiaridad, de querer currármelo. He vivido cosas muy especiales allí y quizá es donde he visto la evolución del grupo.
LB: ¿Y un sitio en el que te gustaría tocar especialmente?
JM: En el anfiteatro de Mérida, por ejemplo. Es un sitio con mucha historia y creo que el sonido sería muy bueno.
LB: Dime una banda o artista del pasado o del presente con el que te quedarías.
JM: Irma Thomas, con quien tuve el placer de tocar en Madrid y Santiago. Es una de las personas que ha escrito parte de la historia del Soul. Una pedazo de artista. También admiro mucho a Steve Winwood, otro gran cantante y organista.
LB: ¿Y una canción?
JM: Don’t Give Up on Me, de Salomon Burke. Es una balada preciosa tocada además con un Hammond.
LB: ¿Qué hace Julián Maeso en sus ratos libres, cuando no está tocando ni ensayando? ¿Algún hobbie o afición (confesable)?
JM: Siempre me ha gustado mucho el basket. De pequeño era bastante flipado de Michael Jordan. Iba al colegio disfrazado de él. Se reían bastante de mí… (risas). También me encanta salir a disfrutar del campo en Toledo o escaparme a Jávea con mis amigos.
LB: Por ahora imaginamos que le queda bastante gira a «One Way…». Tienes en mente nuevo disco a medio o largo plazo o algún proyecto del que podamos hablar?
JM: Dentro de unos meses tengo intención de marcharme a Estados Unidos para abrir mercado allí. Pero por ahora seguiré con la gira del disco. También tengo algunos directos y versiones que hemos grabado y me gustaría tocar.
LB: Muchísimas gracias por tus palabras Julián. Te deseamos que todo vaya tan bien como hasta ahora y que sigas haciéndonos disfrutar con tu música durante muchas giras más. Nos vemos el viernes en la sala El Sol!!
+ info: Viernes, 10 de Octubre. Sala El Sol. 22:30 h.
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Enhorabuena por la entrevista. Julián es uno de los mejores músicos que tenemos en España y un lujo escucharle en directo.
Mil gracias Javier!!