Todos conocemos lo que está pasando, DemocraciaRealYa ha calado hondo en la gente y se ha transformado en un movimiento plural de ciudadanos descontentos con la situación que vivimos, y sobre todo con la política de este país. En este artículo ofrezco una visión personal de la que por supuesto el blog no es responsable.


A mi modo de ver, la primera lección, la más obvia y la más importante es un despertar de los principios de un modelo que se creían perdidos. «El poder pertenece al pueblo, no a los políticos». Pero no basta con esto, este despertar se ha producido por la pésima gestión de nuestros mandatarios que ha llevado al país al borde de la quiebra, y lo peor de todo es que ninguno ha aceptado su responsabilidad en ello. Me da absoluta vergüenza que esta clase de personas me represente. El gobernante de un país es el responsable de su situación, y debe aceptar esta responsabilidad sabiendo que si sus decisiones no han sido acertadas, el pueblo decidirá si le castiga en las urnas porque no vale para dirigir un país. Es deplorable escuchar como intentan pasarse la responsabilidad de unos a otros.

Y por ahí debe ir la primera reivindicación del movimiento, que los políticos reconozcan su responsabilidad sobre la situación actual de España. Por supuesto no me refiero solo al actual gobierno y oposición, sino a todos los que han pasado por el poder en los últimos 20 años, los presidentes con sus respectivos ministros y asesores. Que comparezcan delante del pueblo al que representan aceptando su parte de responsabilidad por haber alentado una política económica que nos ha llevado a la ruina, que expliquen las razones que les llevaron a tomar tan trágicas decisiones y el pueblo decidirá si castigarles o no en las urnas. Y si fuesen personas de verdad, los antiguos presidentes saldrían reconociendo sus errores mientras estuvieron en el poder, porque la situación actual viene de un modelo económico defendido por todos los gobiernos desde hace más de 20 años.

Ya sé que esto es prácticamente una utopía, pero creo que el fin de este movimiento es conseguir una democracia que se rija por los antiguos principios que su propio nombre indica, y si cada uno de estos políticos saliese explicando porqué tomó las decisiones que tomó y que nos han llevado a la situación actual, será la sociedad la que castigue a estas personas inhabilitándoles para ejercer como políticos, y haciendo que los sustitutos se piensen mucho mejor sus decisiones, haciendo subir de forma radical el nivel de nuestra democracia.

Y realmente estaríamos pidiendo muy poco, porque muchos deberían ir a la cárcel.