(JRGE) Como cada año, no tenemos el tiempo suficiente de escribir sobre todo lo que escuchamos y no escuchamos todo lo que seguramente debiéramos. Siempre hay resquicios de ignorancia que tapar con algo de vergüenza y con todo y con ello, nos salen cada final de curso más de 20 discos que listar como notables y algunos pocos como, desde nuestra humilde opinión, absolutamente imprescindibles. Rock, folk, electrónica, hip-hop, americana, jazz, powerpop,… hacemos lo que podemos.


(Lu) Ponderar la calidad de un álbum, sin opiniones sesgadas, donde discernir entre lo que es bueno y lo que es mejor resulta cada año una ardua tarea. Reggae, jazz, soul, funk, folk, country, R&B, hip hop, rap, trap, blues, glam rock… Este año ha sonado de todo y dentro de ese todo ha habido mucha calidad. Rara vez ocurre que seamos capaces de digerir un disco de principio a fin sin darle a la siguiente pista y dejarnos llevar por cada canción, sin importar el género o el estilo. No siempre ocurre, pero a veces sí. Y estos han sido para nosotros los discos del 2017 que lo han conseguido. 

(The Doctor) Un año más, nos vemos en la ingrata labor de resumir 12 meses de música. La clasificación de lo que es y lo que no, lo que pudo ser pero quedó en un tierra de nadie y lo que definitivamente fue y se mantendrá en el eco de nuestro pabellón auditivo. La heterogeneidad de los estilos que abarca nuestra publicación nos hace sufrir a la hora de valorar en un mismo texto propuestas tan dispares como la de Arca, Aldous Harding, Converge o Sun Kil Moon. No obstante, el lujo de tener unos avezados compañeros que cubren todos esos espectros sonoros, hace un ejercicio de diversión distópica la realización de esta lista. 

Puedo imaginar a JRGE desempolvando los nuevos clásicos del folk o la elegante LU escudriñando los discos de The National y Cigarrettes After Sex o a Nando que al estar con un pie en el altar seguro que se nos pone romántico. Este afán de colaboración me hace sentir orgulloso de ser parte de este equipo. Vayamos al grano:



20. Kevin Morby – «City Music» (JRGE)
El ex bajista de Woods y líder de The Babies vuelve a lo más alto del top anual en su cuarto LP en solitario. El arte del menos es más, Dylaniano por momentos y aprendiz avanzado de Lou Reed en otros, el cancionero amable de Morby presenta pasajes altamente recomendables como «Tin Can», «City Music» o la hipnótica «Come To Me Now». Uno de los nombres más notables del panorama independiente en la última década.  


19. Mount Eerie – «A Crow Looked at Me» (JRGE)
Ya lo advertimos en el primer tercio del año q esté sería uno de los discos seminales del presente curso. De difícil escucha y que presenta sus sobresalientes en las letras que narran el dolor y curso de la muerte de un ser querido. Una transcripción brillante en unas letras que como escalofríos te recorren el cuerpo de arriba a abajo. “I can’t get the image out of my head/ Of when I held you right there/ And watched you die” suena en “Swims» que como en su espléndida «Ravens»: “I watched you die in this room, then I gave your clothes away/ I’m sorry«, pone los pelos de punta. Hay que tener el día templado y otoñal para ponerse a ello. 

18. Flo Morrisey & Mathew E. White – “Gentlewoman, Ruby Man” (The Doctor)
Puro amor. El mejor disco de versiones que escuché jamás. Tuve el lujo de conocer a su productor en Londres y los dos compartimos la misma visión de un disco tan delicado y preciosista, como natural. Siempre lo oigo con mucho cariño 



17. Queens Of the Stone Age – “Villains” (The Doctor)
Nuevo giro de Josh Homme y los chicos duros. Echo de menos el martillo Stoner pero me dejo seducir por el cuero, la gomina y el humo de cigarro.
16. Slowdive – «Slowdive» (JRGE)
Su primer álbum desde 1995 y pudiera parecer un come-back deprisa y corriendo para sacarse unos duros para la jubilación… y no. No, porque en todo este tiempo la banda ha contado con los trabajos en solitario de Neil Halstead y siendo este injustamente uno de los autores más infravalorados de la escena independiente norteamericana, aun es capaz de mimetizarse en distintos proyectos e incluso relanzar algunos que sólo vivían en nuestro recuerdo y elevarlos a matricula de honor en este curso. «Sugar for the Pill» o «Falling Ashes» son piezas de indiscutible calibre y sin ninguna duda, de lo mejor del año. 


15. Jason Isbell and the 400 Unit – «The Nashville Sound» (JRGE)
Segunda vez que se cuela en nuestro top anual y esta vez con mucha más tenacidad y determinación en su inefable gesta de convertir la tradición country en una suerte de canciones más perdurables y cercanas al rock. Brilla de manera incesante en los momentos de balada-bizcochona. Una estrella del género y un disco innegociable. 






14. Alvvays – «Antisocialites» (JRGE)
Después de maravillarnos con su homónimo debut y regalarnos piezas indispensables como «Archy, marry me», «Adult Diversion» o «Next of Kin» , creímos que lo de estos canadienses sería un destello que guardar en el baúl de los recuerdos poperos.  Llegaron con «Antisocialites» y en seguida nos percatamos de que pese a ser este un álbum mucho menos jovial y ensoñador,  la frescura de sus melodías quedan intactas y temarracos como «In Undertow» nos siguen levantando el culo del sofá y rebosan nuestras de salir a mamarnos por Madrid en cualquier bar de mala muerte de Malasaña o Lavapies. El gusto infinito del pop bien hecho.

13. Kendrick Lamar – “Damn” (The Doctor)
 Y si cada vez que saco un disco es pura crema. Pues vale.


12. Sampha – “Process” (Lu)
Ha sido uno de los protagonistas del año. Hasta ahora solo lo habíamos conocido a través de sus dos EPs (Sudanza y Dual) y como colaborador y productor para artistas como Kanye West, Drake, Solange o SBTRKT. Sampha ha decidido embarcarse en solitario y el resultado es este magnífico álbum debut. Process se compone de cortes de R&B y tintes electrónicos como “100% Plastic”, “Timmy’s Prayer” o la genial “Blood On Me”. Un caleidoscopio musical de una compleja sonoridad. Si nos tuviéramos que quedar con uno solo, ése sería la bellísima balada (No One Knows Me) Like The Piano, donde nos habla de la reciente muerte de su madre. Sampha destila sencillez, carisma y elegancia a partes iguales.



11. Courtney Barnett & Kurt Vile – «Lotta Sea Lice» (JRGE)
La unión inevitable del rock independiente se hizo materia y sólo nos queda dar las gracias al Padre todopoderoso que nos ha trae cada navidad al niño Jesús y cada fin de año un disco de esos para guardar en lo más alto de la vitrina y repasarlo cada domingo con un paño y cristasol. 
Suenan como si llevarán juntos 10 años, íntimos, reservados pero confortables, …Este Lotta Sea Lice huele a lo mejor del rock independiente americano de aquellos años 90, con un regusto a lo mejor de Pavement, sin pretender cambiar la música con nada nuevo, simplemente juntándose como el que baja a por un café al bar de abajo. 
Revisitan juntos temas de uno y otro, entran colaboraciones de miembros de otras bandas como Stella Mozgawa de Warpaint y se contestan ironías uno a otro a golpe de guitarra en una de las auténticas joyas de este 2017.



10. Big Thief – «Capacity» (JRGE)
Debilidad. Recordando a lo mejor del indie en los primeros 2000 de la costa oeste norteamericana. El segundo álbum de la banda liderada por Adrianne Lenker  (afincado en Brooklyn, al otro lado del país), nos ha regalado algunas de las mejores piezas de nostalgia-pop de la última década cómo su Mythological Beauty («You held me in the backseat with a dishrag/soaking up blood with your eyes») y nos ha demostrado, por ejemplo en «Mary», que la voz de Lenker es un susurro vital por el que dejarse navegar sin esfuerzo alguno. El folk-rock predominante en este álbum torna en hit inmediato en cuanto escuchamos su delicada «Shark Smile». Según lo escuché, lo compré en Amazon.  Tu mismo…

9. Waxahatchee – «Out in the Storm» (JRGE)
A la cuarta va la vencida. Monumental disco de Katie Crutchfield con cortes absolutamente embriagadores como «Never Ben Wrong», «Brass Beam»  o mejor aún, «Silver» (uno de los temarracos de este curso baloncestístico). Ahora Katie optó por espesar las canciones a base de guitarrazos y su voz con sabor a whisky del Lidl y tabaco ducados germina en una combinación perfecta para salir a mamarse sin complejos ni reproches. Suena a notables pasajes de bandas como Dinosaur Jr., Sonic Youth o The Hold Steady. El sorpresón del año.




8. The War on Drugs – “A Deeper Understanding” (Lu)
Lo han vuelto a hacer. Una vez más The War on Drugs nos dejan claro que no necesitan evolucionar ni tampoco convencer a nadie. Son indiscutiblemente una de las mejores bandas de rock de la última década. Como me aburren soberanamente las comparaciones no voy a pararme ni un segundo en este párrafo en hacer referencia a Lost in the Dream. A Deeper Understanding es otra inmensa proeza de los de Philadelphia, con un Granduciel en estado de gracia. Más introspectivo si cabe, sigue sumido en esa constante depresión a la que nos arrastra e inexplicablemente nos agrada. Y lo hace a través de temas como Pain, Holding On, o el maravilloso Thinking of A Place. En todos y cada uno de ellos se impone el indispensable sello de la casa. Otro grandioso trabajo que eleva a The War on Drugs al pedestal del que no queremos que desciendan jamás. 


7. Japanese Breakfast – “Soft Sound From Another Planet” (Lu)
Cuando descubrí este disco supe que estaba ante algo muy diferente de lo que solía escuchar. Una calidad instrumental y vocal excepcional. Sonido experimental lo-fi delicado, medido con precisión y exactitud. Soft Sound From Another Planet es el segundo disco de Japanese Breakfast, el proyecto en solitario de la estadounidense Michelle Zauner que nos deleita con temas como Road Head, Diving Woman, The Body is a Blade que termina con el sonido del mar, el mismo que da comienzo a Till Death. Giros inesperados y arreglos ingeniosos que hablan de inquietudes pesimistas y confesiones turbias de relaciones pasadas. Este es un disco para escuchar un número ilimitado de veces y poder sacarle todo su jugo, como una buena película, porque en cada pasaje uno descubre un nuevo instrumento, una nueva melodía que lo hace más misterioso y adictivo. Puede sonar incluso raro, a ciencia ficción o, como su propio título reza, como si viniese de otro planeta, pero es un disco tremendamente auténtico. 



6. Khalid – “American Teen” (Lu)
American Teen es un álbum que te conquista por su sencillez. Location, Saved, 8TEEN, Winter, Cold Blooded, Therapy o la maravillosa Hopeless. Uno no se cansa de escucharlo una y otra vez. De principio a fin. Un trabajo acertado e inteligente que ha bebido de las influencias de artistas como Frank Ocean con letras de historias mundanas, de amores y desamores y con una delicia de voz que consigue atraparte. Podemos predecir que el joven Khalid ha llegado para quedarse.

5. Cigarettes After Sex – “Cigarettes After Sex” (The Doctor)
Poco a poco uno va entrando en la ensoñación de los neoyorquinos. Parecidos a muchos pero con un sonido realmente único. El primer trabajo homónimo de Cigarettes After Sex es un disco que bien podría ser un hype, pero que está lleno de música.


4. The xx – «I See You» (JRGE)
No tenemos ninguna duda en que tras Tame Impala puede que sean la banda que marque una generación. En esta segunda década del 21, The XX necesitaban reformularse y al igual que hicieron los de Kevin Parker el pasado año, los británicos han girado el discurso y ahora Jamie XX ha tomado las riendas. Él produce, él lo gobierna todo a partir de ahora y …alabado seas, hermano!. A la habitual elegancia pop de estos tres mosqueteros, ahora la pista de baile se muestra con unos mayores fundamentales en el análisis de este LP que pese a ser más comercial no puede caer en cualquier mínimo atisbo de indiferencia. 
Romy, Oliver y Jamie son el directo que en este verano hay que ver (dichosos los afortunados del BBK). «On Hold», «San Somenthing Loving» , «I Dare You»,… pelotazos que coexisten entre el sonido clásico de los XX y la poderosa nueva influencia de Jamie XX tras su exitoso «In Colour» del 2015. 
Imprescindible seas lo moderno que seas.

3. Vince Staples – “Big Fish Theory” (The Doctor)
Le sigo desde sus maquetas, siempre le he apoyado, le he visto tres veces y me hace inmensamente feliz ver cómo puede abrir un género a medio camino entre el hip hop y el trap, con tanta calle como estudio. Mención aparte merece  el tema con Gorillaz en su último disco clavando el UK garage.
2. Destroyer – «ken» (JRGE)
Father John Misty, no te aguanto. Ya no te compro. Tu pose de Miguel Bosé y fucker retraca puede que te sirva para tus grupies de barrio pero cuando te tocas el pelo y te meas de gusto por haberte conocido porque te crees el nuevo Bryan Ferry, se te ven los complejos y el cartón. Algún día soñaste ser en un escenario la elegancia y clase personificada en Dan Bejar  (aka «Destroyer») con su propio buen hacer al margen de imitaciones baratas. Estás en boca de todos pero tu álbum tiene mucho marketing,  como los balones de oro de CR7, pero el Messi de verdad es este «ken» que abandona esta vez los habituales arreglos jazzisticos de anteriores trabajos por un entorno de electropop que le sienta de maravilla cómo en su ochentera «In The Morning».
Venía Bejar buscando un heredero pudiente para su célebre Kaputt y algún año después,  mirando en su banda de cabecera, «New Order», lo ha encontrado definitivamente. BRA-VO!


1. Sharon Jones & The Dap-Kings  – “Soul of A Woman” (Lu)
En su memoria, éste es para una servidora el mejor disco de este 2017. Parece que Sharon quería despedirse a lo grande y dejarnos para nuestro disfrute esta obra, su última obra. Y así lo hizo cuando el final acechaba pero tocaba seguir luchando, siempre, sin perder la sonrisa. Porque, paradójicamente este es un disco alegre y optimisma: “I’ve been searching for a new day, some peace of mind is gonna come my way”. Soul of a Woman es música negra, es soul, es R&B, es funk, es talento innato, es clase y elegancia, la misma que destilaba Sharon en cada chorro de voz con esa fuerza indomable que se deja acariciar por la magia de un Hammond como en la bellísima “Pass Me By”. Canciones como ésta están indiscutiblemente a otro nivel musical. 
Una Sharon tremendamente inspiradora que desnuda su alma en cada frase: “Sometimes people will treat you like a worn out shoe/But they don’t know that you can go”. 
Un torbellino que rezuma a la diva que llevaba dentro. Se ha ido una de las mejores voces del soul contemporáneo. Una pérdida irremplazable. Para siempre quedará su música, su voz y este magnífico álbum que ya brilla con luz propia en el olimpo de los grandes del soul. Gracias por tanto, Sharon, allá donde estés.